Una grande y variada familia
Más de 100.000 especies de hongos se hallan distribuidas en el mundo entero, excepto en las regiones polares o altas montañas. El aspecto exterior y el tamaño son sumamente variables, pero una primera clasificación permite distinguir los hongos unicelulares o microscópicos de los de gran tamaño.
Las bacterias son hongos infinitamente pequeños que, sin embargo, desempeñan una función importantísima en la vida. Como es sabido, las plantas con clorofila toman el anhídrido carbónico del aire o del agua y, utilizando la energía solar, lo desdoblan. Fijan el carbono elaborando las sustancias orgánicas de las que se nutren ellas mismas y también los animales que las comen. La materia orgánica pasa de un ser a otro sin destruirse, es decir sin que la molécula se desdoble, por lo cual el mundo se llenaría de cadáveres inutilizables, como lo señaló el sabio Luis Pasteur. Pero las bacterias son las encargadas de descomponer la materia orgánica; y de esta manera fertilizan el suelo haciendo posible la agricultura; también tienen una misión decisiva en las fermentaciones para la elaboración de vino, cerveza, etc. Otras, en cambio, son causantes de enfermedades; el bacilo de la tuberculosis o el de la fiebre tifoidea, el vibrión del cólera, etc.
Entre los hongos de gran tamaño se distinguen los hongos comestibles y los venenosos.
Un vistoso ejemplar de Amanita aureola. Es venenoso y se caracteriza por cambiar de color. |
Clavaria cristata, una de las pocas especies que se pueden comer crudas. |
El hongo del sombrero
Los hongos son plantas talofitas, pues su cuerpo o talo está formado por células o hifas que constituyen el micelio. Se distinguen claramente una parte aérea o micelio de reproducción y una parte subterránea o micelio de nutrición.
La parte subterránea es el aparato vegetativo encargado de absorber el agua, las sales minerales y las sustancias orgánicas, pero como los hongos carecen de clorofila y, por ellos, son incapaces de elaborar sus propios alimentos, deben vivir a expensas de materias orgánicas. Es el caso de los hongos de sombrero, como viven sobre hojas, frutos, alimentos en descomposición, etc., se los llama saprofitos, que significa vegetal pútrido. El micelio de nutrición puede vivir mucho tiempo debajo de la tierra, pero sus sombreros aparecen rápidamente después de las lluvias. La parte aérea o micelio reproductor comprende una porción cilíndrica (pie) y un sombrero o sombrilla, que es la parte más característica y que está cubierta por una membrana llamada velo.
Como el pie crece rápidamente, el velo se rompe y sus restos forman un anillo que circunda el pie. El sombrero está formado por laminillas radiales que constituyen el himenio, en las cuales se originan las esporas, que son las encargadas de la reproducción, como lo son las semillas en las plantas con flores. El viento se encarga de dispersar las esporas, las que al caer en lugares adecuados germinan formando hifas, las cuales, a su vez, originarán nuevos hongos.
La mayoría de los hongos se reproducen asexualmente por medio de esporas o sexualmente por medio de huevos, como en el caso de los mohos. Los huevos tienen una gran resistencia a las condiciones externas y conservan su vida latente mucho tiempo.
La importancia de los hongos
Los hongos saprofitos desempeñan un papel muy importante en el ciclo de los vegetales, por que descomponen las materias orgánicas del suelo, restos de animales o de vegetales, y las transforman en sustancias sencillas que pueden ser utilizadas por los vegetales con clorofila, es decir los que toman del suelo las sustancias nutritivas y, en presencia de los rayos solares, fabrican el alimento para ellos mismos y para los animales que ingieren esos vegetales. De este modo se asegura el proceso de la vida en la Tierra.
Hay otros hongos que trabajan como si fueran pelos absorbentes. Existen plantas, como el pino, cuyas raíces carecen de pelos absorbentes; por eso la misión de absorber el agua con las sales minerales la cumplen unos honguillos llamados micorrizas.
Las levaduras son hongos microscópicos a los que se debe la fermentación alcohólica y permiten la elaboración del vino, la cerveza, la sidra, el vinagre y el pan. Muchos hongos son comestibles y entran en la preparación de delicados manjares, como el champiñón, la trufa, etcétera.
El biólogo Alexander Fleming descubrió en 1928 una sustancia elaborada por el moho Penicillium notatum, capaz de detener la vida de ciertos microbios, y con ella elaboró el primer antibiótico: la penicilina, al que le siguieron luego la estreptomicina, aureomicina, etc., que salvaron tantas vidas.
Hongos perjudiciales
Existen muchas variedades de hongos que causan graves daños a los cultivos. El maíz, el trigo y otros cereales son atacados por el "carbón", hongo que forma especie de tumores en las espigas llenos de esporas negruzcas que el viento se encarga de dispersar. El "cornezuelo del centeno" ataca preferentemente a este cereal y, además, es muy tóxico para el hombre y los animales.
Entre los hongos parásitos del ser humano figuran las "tiñas", que hacen caer el cabello; los que producen el "pie de atleta" o escoriaciones entre los dedos, y otros que causan afecciones más o menos graves en los aparatos digestivo y respiratorio. Es necesario, pues, conocer a esta extensa familia para utilizar lo bueno de ella y evitar lo malo.
Entre los hongos perjudiciales figuran el carbón del maíz (imagen de la izquierda) y el Corticium (imagen de la derecha), que ataca a la madera y produce la muerte del árbol. |
1- Russula sardonia, comestible. 2- Boletus rufus o purpureus, venenoso. 3- Grupo de Cantarelos, comestibles (cuando alcanza la madurez, el sombrero se invierte y parece un embudo). |
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