miércoles, 25 de mayo de 2016

De la vida misma

¿Quién es el más feliz de los hombres?

Cuando Solón, el famoso sabio, autor del código de leyes por el que se regían los atenienses, visitó a Sardes, la ciudad donde asentó su corte el poderoso Creso, célebre por sus riquezas, éste le preguntó si, habiendo tratado a tantos hombres, como se decía, había visto a alguno completamente feliz. El soberano le hacía esta pregunta porque se creía el más afortunado de los mortales. Pero el sabio le contestó sin titubear: 
-Sí, he visto a uno: Tello, el ateniense.
-¿Y por qué lo juzgas el más dichoso de los hombres? -insistió, molesto, el monarca.
-Porque vio crecer a sus hijos, todos hombres de bien, y a sus nietos, y habiendo sido invadida su patria, dio la vida por ella.
-¿Y después de Tello?- Volvió Creso.
Solón dio otro ejemplo, que no era el rey.
-¿Aprecias en tan poco mis riquezas para que ni siquiera me des el segundo lugar entre los felices? -estalló Creso.
-La vida del hombre, oh Creso, es una serie de calamidades -le respondió Solón-. Hoy eres un monarca poderoso y rico, pero no me atrevo a decirte si lo serás mañana. No por poseer dinero un hombre es más feliz que otro. ¿Cuántos desdichados vemos entre los opulentos y cuántos dichosos entre los que a penas tienen para subsistir?
De todos modos, hasta que llegue nuestro último día no sabremos quién es el más feliz de todos.


"Solón y Creso", Gerard van Honthorst (1624)
Kunsthalle de Hamburgo.

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