miércoles, 29 de marzo de 2017

El esquí

Alas sobre la nieve

Deslizarse sobre el blanco manto de nieve es una deliciosa sensación. Pero la extraordinaria seguridad del esquiador y su facilidad tan sólo aparente se consiguen mediante un tenaz entrenamiento y una consumada técnica.




Los patines del dios del viento

Esquiar no sólo es un arriesgado y apasionante deporte, sino también una necesidad en las regiones donde es indispensable desplazarse sobre la nieve Por eso, desde la más remota antigüedad se idearon distintos métodos para impedir que los pies se hundieran y posibilitar una rápida marcha. 
Los casos de los caballos armenios, según nos cuenta Jenofonte, eran recubiertos con una especie de zapato de piel. Finlandeses, escandinavos y lapones, lo mismo que los mogoles del noroeste de Asia, usaron desde tiempo inmemorial distintos tipos de patines o raquetas para andar sobre la nieve.
En las sagas escandinavas se menciona a Ullr, dios del Viento y de la nieve en la mitología nórdica, quien es representado con esquíes; las puntas curvadas de éstos dieron origen a la leyenda de que eran barcos sobre lo cuales flotaba por encima de campos y montañas.
Respecto a los lapones, eran conocidos en Escandinavia como skridfinnen, que significa resbaladores. Sus esquíes eran simplemente un calzado puntiagudo, de unos noventa centímetros de largo; cerca del extremo posterior se introducía el pie.

Grabado del siglo XVI que muestra a un cazador finlandés,
provisto de esquíes, dispuesto a cazar renos.



El esquí moderno 

Los primitivos esquíes eran, probablemente, simples armazones largas y curvas, recubiertas de cuero. A través del tiempo, su forma y características han cambiado considerablemente. En la actualidad se fabrican de madera, especialmente de fresno, roble o abeto, aunque los hay también de aluminio. El esquí es una tira larga y estrecha, cuyo extremo anterior termina en una punta arqueada hacia arriba. Tiene una longitud de dos metros y alrededor de ocho centímetros de ancho. Su máxima anchura y espesor los alcanza en la parte media, debajo del pie. Un juego de correas (ligamento) ajusta el pie al esquí con seguridad. La parte inferior es completamente lisa; algunos esquíes tienen estrechas ranuras o estrías longitudinales para impedir el deslizamiento lateral.
Completan el equipo dos bastones de 1,20 a 1,50 metros de altura, terminados en punta y con un disco en el extremo inferior para que no se hundan en la nieve. Se sujetan a las muñecas del esquiador mediante correas, y son indispensables para apoyarse en los ascensos y para dar el impulso inicial en los descensos.

Bota y enganche del esquí. El ligamento, juego de correas, grapas y tornillos,
se combina para lograr un ajuste perfecto.



El afán deportivo

El afán deportivo y competitivo que ha dominado al hombre a través de la historia no tardó en manifestarse en el andar, correr y saltar sobre la nieve.
En los siglos XII y XIII, el esquí se difundió como medio de locomoción. El rey escandinavo Sverre ordenó su uso en las tropas, obteniendo óptimos resultados tácticos. Y hasta en la actualidad, los cuerpos de esquiadores cumplen excelentes servicios en los ejércitos, en especial para misiones de exploración.
Ya en el siglo XVIII se realizaban competencias de esquí, combinándolas con ejercicios de tiro. En la ciudad de Christiania se disputó, en 1767, una prueba en que se empleaban dos esquíes de distinta forma; el izquierdo, largo y delgado, servía para deslizarse; el derecho, corto y ancho, se usaba para frenar.
En el siglo XIX comenzaron a usarse los bastones en Finlandia. La técnica del esquí se fue perfeccionando en Noruega. Por fin, en 1924, se realizaron los primeros Juegos Olímpicos invernales en Chamonix, Francia. A partir de entonces se multiplicaron las competencias mundiales.

Primeros Juegos Olímpicos de Invierno en Chamonix, Francia, 1924.




Maravillas sobre la nieve

La práctica del esquí permite realizar verdaderas maravillas sobre la nieve. Las competencias comprenden cinco modalidades principales: descenso, slalom, fondo, gran fondo y salto.
En la prueba de descenso, los participantes tratan de obtener el mejor tiempo sobre un recorrido en pendiente; alcanzan increíbles velocidades, superiores a los 90 kilómetros por hora. El slalom es una variedad de descenso en la que se intercalan obstáculos que deben ser sorteados con hábiles y arriesgados zigzagues. Las carreras de fondo y gran fondo se disputan, respectivamente, en circuitos de 18 y 50 kilómetros .
Pero la más espectacular de las competencias es, sin duda, la de las pruebas de salto, en las que se utilizan esquíes más anchos que los de uso corriente. La plataforma de arranque se construye en la falda de una colina; no se usan bastones, y el competidor toma carrera a cierta distancia de la plataforma. Al llegar al borde, se agacha y se lanza al aire, manteniéndose erguido; el salto puede proyectarlo unos cien metros en sentido horizontal, y a veces más de veinte en sentido vertical. Después de volar, se "aterriza" con las rodillas algo dobladas y un esquí más avanzado para mantener el equilibrio. De no lograrlo, la caída puede resultar muy peligrosa.

Técnicas y posiciones adoptadas por el esquiador.
Fuente de la imagen

La maniobra llamada "quitanieves" se emplea para girar o frenar
cuando el cuerpo no está equilibrado.




Un deporte arriesgado 

El esquí es un deporte arriesgado y agobiador, que pone a prueba la resistencia física, la destreza y el valor del deportista. Para practicarlo es necesario que la nieve tenga más de quince centímetros de espesor. El deslizamiento con esquíes a campo traviesa es el que prefiere la mayoría de los esquiadores que no aspiran a participar en competencias.
Con el auxilio de los bastones, es posible dar largos pasos, por deslizamientos, en terreno llano. Basta con elevar un poco los talones y apretar las puntas de los pies contra el esquí. Las cuestas suaves pueden subirse en línea recta, colocando los esquíes oblicuamente. Las pendientes pronunciadas se suben en zigzag o de costado paso a paso. Para doblar, el corredor hace avanzar un esquí, sobre el que flexiona una rodilla, y mantiene el otro retrasado; seguidamente, inclina el cuerpo hacia el lado que piensa dirigirse, procurando al mismo tiempo que el esquí sobre el que se apoya describa la curva.
Para practicar esquí son muy importantes dos cosas: dominio del cuerpo y sentido del equilibrio. Los resultados bien valen la pena: ¡nada menos que "volar" sobre la nieve!
En la actualidad han surgido centros turísticos en todo el mundo, donde, además de hoteles, toboganes para saltos y pistas naturales y artificiales, hay cable-vías para conducir a los esquiadores hasta la cima.
Esta imagen indica la longitud y altura de un salto.




¿Un deporte para todos?

En un principio, el esquí era tan aristocrático como la caza del zorro. Sin embargo, poco a poco los equipos fueron abaratándose; pero el escollo principal sigue siendo el poder desplazarse hasta los lugares aptos para practicarlo. En Europa se ha difundido en muchos países: Noruega, Suiza, Francia, Italia, Austria, etc. En América se practica intensamente en Estados Unidos y Canadá y, en menor escala, en la Argentina, Chile y Bolivia (hasta el 2005, cuando fue desapareciendo la nieve a causa del calentamiento global).




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