lunes, 13 de julio de 2015

Las más bellas esculturas de todos los tiempos

Estatuas romanas

Los hallazgos arqueológicos realizados en Italia demuestra que la península estuvo habitada desde épocas prehistóricas y que en ella se cumplieron diversas etapas de evolución cultural con la influencia civilizadora de otros pueblos. Los etruscos y los griegos ejercieron un papel preponderante en los primeros periodos de la cultura latina. Los etruscos hábiles fundidores, fueron los maestros de los romanos en el trabajo del bronce y continuaron teniendo talleres propios hasta la época de Augusto. En la Roma primitiva había una ley que prohibía los retratos de personajes que no hubiesen ejercido cargos importantes en la administración; por ello los primeros retratos de funcionarios romanos que consiguieron el derecho a la imagen eran sólo bustos y estaban realizados en cera. En el siglo II a. de C. los patricios romanos que habían viajado por Grecia y Oriente empezaron a importar estatuas para sus colecciones particulares, y desde entonces la influencia griega helenística fue decisiva; pero el espíritu positivista del pueblo romano tendió a una directa imitación de la realidad.


El dios Pan

En sus orígenes, Pan era un dios griego (protector de los rebaños, pastores y cazadores) que por la tarde tocaba la flauta que el mismo había inventado. Los romanos también lo adoraron y lo identificaron con un fauno. Está estatuilla de mármol que lo representa data del siglo I a. de C.


Estatua de Augusto con manto sacerdotal

Esta estatua del fundador del imperio romano lo representa como Pontífice Máximo, y data del siglo I antes de Cristo.


Gemma Augustea 

Este camafeo mide 19 por 23 cm, fue  realizado en el siglo I d. de C. para conmemorar el triunfo del emperador Tiberio sobre los bárbaros.


Augusto Imperator

Las estatuas oficiales de Augusto lo representan en sus dos cargos principales: el de Imperator, jefe de los ejércitos romanos, y el de Pontífice Máximo. Augusto se llamaba en realidad, Octavio, y era sobrino de Julio César. A la muerte de éste llegó a Roma y le disputó el poder a Marco Antonio, a quien venció en la batalla de Accio, en el año 31 a. de C. Esta estatua lo muestra con su uniforme militar y en gesto de mando. 


Brutus Capitolinus

Este magnifico busto representa, según algunos entendidos, a Lucio Junio Bruto, quien de acuerdo con la tradición, liberó a Roma del último rey Tarquinio el Soberbio en el año 509 a. de C. Data del siglo III a. de C.



domingo, 12 de julio de 2015

El Mar

Cuna de la vida

El hombre siempre observó al mar como un supremo milagro de la naturaleza. Por su volumen y extensión superficial es como un manto que envuelve a nuestro planeta y le da características únicas en el universo. En realidad, nuestro planeta debería llamarse "Mar", más que Tierra, pues la capa continua de agua salada cubre el 71% de la superficie externa, y ella fue no sólo la cuna de la vida, ya que en su seno se desarrollaron los primeros seres vegetales y animales, sino que alberga a las más extrañas, fascinantes y hasta terroríficas especies.
El mar es, a la vez, barrera y medio de comunicación, separa y une a los hombres de diversos continentes. Y sobre todo es fuente de vida, ya que toda el agua terrestre proviene del mar y se renueva día a día en el eterno ciclo de evaporación, condensación y precipitación. Cada año la basta reserva marina pierde, al evaporarse, 300000 kilómetros cúbicos de su volumen que después las lluvias y los ríos se encargan de restituirle. El milagro del mar es, también, el milagro del agua, como señaló San Francisco de Asís al decir: "Alabado sea el señor que nos ha dado el agua, nuestra hermana, porque ella es útil, y humilde, y preciosa y casta".


Viaje al fondo del mar

Si pudiésemos secar los océanos, se abriría ante nosotros un espectáculo grandioso: una tortuosa llanura, quebrada por abismos  profundos, grietas, montañas, que serpentean y que no son otra cosa que las bases de las islas que flotaran en las aguas, y veríamos también las más fabulosas cadenas de montañas que existen en el planeta: por ejemplo, la espina dorsal atlántica, con una extensión de 16000 kilómetros, cuyas cimas se elevan más de 3000 metros. En el fondo de los océanos se distinguen tres partes: 1) La plataforma continental, continuación de las tierras emergidas, y que se extiende hasta los 200 metros de profundidad; 2) el talud continental, que presenta una pendiente de 20 a 40 kilómetros, tiene una extensión pequeña si se compara con la plataforma y es una zona de transición; 3) los fondos oceánicos, con un modelo semejante al terrestre, es decir que presenta cadenas de montañas, valles, volcanes, depresiones, etc. Hay también zonas más profundas y estrechas llamadas "fosas", como las de las Islas Marianas, de 11.521 metros de profundidad. 
Pero el aspecto que más interesa a los científicos es el fondo del mar propiamente dicho, que generalmente, se encuentra recubierto por un espeso sedimento de arena, arcilla y fango, producto del ciclo vital del mar. Los ríos, con su intensa labor de desgaste , arrastran materiales que se precipitan en el fondo del mar a una velocidad de 80 kilómetros por hora.
Otros elementos que conforman este sedimento son esqueletos de peces, fragmentos y restos de conchillas y moluscos, el polvo terrestre llevado por el viento y depositado sobre las aguas y "cosas" de origen cósmico (meteoros y micrometeoros que caen al mar). El fondo del mar es, para los científicos, como un enorme y sabio libro donde ellos leen y aprenden a comprender los distintos cambios geológicos producidos en nuestro planeta.


Un mundo sin luz

Los abismos marinos son completamente oscuros. La luz del Sol, que llega sobre la superficie, se diluye a medida que trata de penetrar en la masa de agua. Así, el espectro solar, entre los primeros 30 y 40 metros, pierde el rojo; luego el anaranjado, el amarillo el verde y el azul. Pasados los 200 metros, y hasta unos 50 metros más, resta solamente una violácea esfumatura, en la cual predominan los tonos grises y opacos. Después, la oscuridad se hace impenetrable, perenne, matizada solamente por la luz que emerge de los organismos vivos que, adaptados a este medio han desarrollado en ellos la capacidad de emitir su propia luz (necesaria para buscar la presa o defenderse), que proviene de sus órganos fosforescentes.
En la mayoría de los casos los seres que habitan estas profundidades presentan aspectos deformes, que obedecen a la increíble presión que la inmensa masa de agua ejerce sobre ellos y a la adaptación que han debido realizar para sobrevivir en tan difícil medio.


Uno de los ejemplares más curiosos de los mares tropicales
es el llamado pez payaso, de vividos colores, y que acostumbra
ocultarse de sus enemigos en los largos tentáculos que forman
las anémonas marinas.


En un mundo donde la luz solar casi no llega y bajo el efecto de
enormes presiones, el mar ofrece un sinfín de curiosas criaturas,
como el estilizado pez mariposa sillín. 


La tortuga de carey habita en los mares tropicales.
-En 1996 esta especie fue incluida en la Lista Roja de la UICN
de especies amenazadas, clasificada como especie en peligro crítico de extinción-


La estrella de mar es un equinodermo que vive en aguas costaneras


El mar y la vida

El agua de mar tiene particularidades aún no del todo conocidas que influyen en el desenvolvimiento de toda la vida sobre la Tierra. Su capacidad de almacenar calor es más grande que la de otras sustancias, de modo que los océanos constituyen enormes reservas de energía solar y sirven para limitar las extremas variaciones del clima.
Además, en el agua se disuelven más sustancias que en todo otro líquido, propiedad que explica que el mar sea depositario de innumerables elementos minerales que ofrecen un rico alimento a los microorganismos, los cuales forman el fitoplancton, base de la cadena alimenticia. Por otro lado, es un hecho comprobado que la mayor parte de los seres vivos necesita una temperatura media que es, aproximadamente la del agua marina.
El cuerpo humano contiene un 70% de agua, del cual un tercio se encuentra en la sangre y demás humores corporales, y los otros dos tercios en el interior de las células. Otro hecho significativo es la composición química de la sangre humana es semejante a la del mar, ya que tiene todos los elementos constitutivos, aunque en proporción diferente. Ello se debe a que el origen de la vida estuvo en el mar, como lo demuestra el estudio de los fósiles.


Anémona de mar.
Aunque por su aspecto parece una planta, es, sin embargo,
un terrible animal.


Los corales o colonias de pólipos son verdaderas joyas marinas.


Las esponjas son también animales que habitan en aguas tropicales.


Antedón, un curioso equinodermo que parece una planta.


Las criaturas del mar

De todos los ámbitos del planeta, el mar es el que permanece aún menos conocido. Él ofrece a la vida un espacio 300 veces superior al que constituyen, en conjunto, las tierras y las aguas dulces (ríos y lagos). El mar fue cuna ancestral de los seres vivos, y por ello la inmensa cantidad de criaturas que en él habitan forman como un cuadro animado que es la síntesis de la evolución. Desde las bacterias y protozoarios hasta los peces y mamíferos más evolucionados, la fauna marina muestra mejor aún que la terrestre el largo camino de la vida. Pero, además, los seres se disponen en diversas profundidades, que se distinguen en tres zonas: las soleadas de la superficie, las aguas semiprofundas y las de los abismos, donde la oscuridad es absoluta.
En la zona superficial encontramos la mayor parte de los peces comestibles y también las variedades más comunes.Algunas especies pueden, inclusive, "volar" fuera del agua, como lo hacen el delfín y el pez diablo, aunque en realidad más que un vuelo se trata de saltos realizados fuera del agua, en los cuales se ayudan con sus aletas nadadoras, que en algunas especies están muy desarrolladas. Entre los habitantes del mar, la ballena es el de mayor tamaño.
En la profundidad media hallamos dos colosos del mar que son tradicionales enemigos: el calamar gigante y el cachalote. El primero es el animal invertebrado más grande y el segundo, un mamífero, figura entre los más grandes de los vertebrados. La lucha entre ambos monstruos es a muerte, y generalmente vence el calamar gigante, debido al tremendo poder de sus tentáculos. 
Llegamos al fin a la zona de los impenetrables abismos, donde la oscuridad es absoluta y el poder de las presiones es tremendo. Allí viven los peces abismales, que aún son poco conocidos; tanto que algunos son identificados sólo con su nombre científico. Los hay que son luminosos; otros, como el Chiasmodon niger, pueden engullir peces de mayor tamaño que ellos, pues tienen un estómago dilatable;otros tienen crestas, filamentos y antenas. En suma un mundo fascinante que atrae día a día a los investigadores de todo el planeta para desentrañar sus misterios. 


La noctiluca es un animal que se encuentra en extraordinarias
cantidades y forma una fosforescencia marina.


Su nombre: Lactoria cornuta a causa de sus formaciones laterales.


Pez luna.


Cachalote


Sternoptyx


Melanoceto


Chiasmodon