domingo, 10 de mayo de 2015

Cuando una frase se hace célebre

"El dinero no tiene olor" 

Ávido de mayores ingresos pecuniarios, el emperador Vespasiano obligó a los ciudadanos de Roma, a pagar un tributo por el uso de los mingitorios públicos. Su hijo Tito le reprochó con fastidio que acudiese a medidas impositivas tan poco elegantes para conseguir dinero, y entonces, después de pasarle algunas monedas por debajo de la nariz, el autócrata le dijo: "El dinero no tiene olor". Esta frase ha sido aprovechada muchas veces por ciertas gentes que trataron de justificar sus riquezas poco limpias, pero la verdad es que algunos dineros denuncian su origen. 


Tito Flavio Vespasiano. 


"Cuando alguien grita mucho, no tiene razón"

En varias oportunidades, durante sus frecuentes polémicas con profesores y estudiantes de la universidad de Leiden, el filósofo Gottfried Leipniz (1646-1716) observó que un zapatero de la vecindad se ubicaba en los claustros y seguía con mucha atención aquellos debates. Sumamente intrigado, le pregunto al zapatero si conocía suficiente latín para entender algo de aquellas controversias culturales. "No -contestó el hombre-, de latín no se nada ni quiero aprenderlo. Yo sólo vengo a ver como discuten." "Pero si no conoce latín, ¿Cómo puede saber quién tiene razón en las discusiones?" "¡Bah, es muy fácil! Cuando oigo que alguien grita mucho, enseguida comprendo que no tiene razón."


Gottfried Wilhelm Leibniz



"A enemigo que huye, puente de plata"

El famoso guerrero español don Gonzalo Fernández de Córdoba -célebre también por la explicación de ciertos gastos que la historia conoce con el nombre de "Las cuentas del Gran Capitán"- hizo este comentario al observar el desbande de un ejército que él había derrotado: "A enemigo que huye, puente de plata". Es posible que la sabiduría de la frase impresionara a Cervantes, pues la incluyó en un capítulo del Quijote: "Al enemigo que huye, hacerle puente de plata"; pero no es improbable que tanto Cervantes, como Fernández de Córdoba la hayan tomado de un antiguo refrán español que aconseja: "Al enemigo, sí vuelve la espalda, la puente de plata". En fin, algunas frases célebres deben admitirse sin muchas averiguaciones. 


Gonzalo Fernández de Córdoba


"Otra victoria como ésta... y estamos perdidos"

Uno de los guerreros más famosos de la antigüedad fue un rey de Epiro llamado Pirro, quien en el año 279 (a. de C.) organizó una gigantesca expedición contra los romanos, a los cuales derrotó en la batalla de Heraclea. Mucho contribuyeron a esa victoria la sorpresa y el temor de los romanos cuando vieron que las tropas enemigas atacaban con elefantes -el ejemplo sería imitado después por el cartaginés Aníbal-: pero tan caro resultó ese triunfo a los atacantes, que Pirro no pudo menos que comentar con sus generales: "Otra victoria como ésta... y estamos perdidos".
Muchas veces, por conquistar alguna cosa gastamos más de la que ella vale. 


Pirro de Epiro.

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