jueves, 30 de abril de 2015

Las más bellas esculturas de todos los tiempos

Estatua de la Acrópolis de Atenas

La Acrópolis de Atenas era la parte alta de la ciudad que estuvo habitada desde tiempos muy antiguos. Según la leyenda, allí había residido el héroe Erecteo, de quien descendían los primitivos reyes de la ciudad, y allí se levantaron los primeros templos de las divinidades griegas. Durante la segunda guerra médica, los persas entraron en Atenas y la destruyeron; por eso, después de la victoria se iniciaron los trabajos de reconstrucción bajo la dirección de Pericles y de Fidias, el más distinguido escultor. En esa época, siglo V a. de C., la escultura alcanzó extraordinaria perfección, como lo demuestran algunas de las siguientes obras.


Grecia nos habla tanto por boca de sus poetas, escritores, sabios y filósofos como por sus obras de arte. Los templos de la Acrópolis y las estatuas y bajorrelieves que los adornan son la expresión del ideal de belleza de este pueblo. Hacia el siglo VI a. de C., las estatuas cobraron semejanza humana y en ellas puede estudiarse el atuendo femenino, como en esta coré o doncella dedicada a Palas Atenea (protectora de la ciudad)













El erecteón, santuario dedicado a Erecteo, rey mítico y héroe ateniense, y también a las divinidades tutelares de Atenas, se levantaba en la Acrópolis de Atenas. Del lado sur sobresalía la tribuna de las Cariátides, construida hacia el año 420 a. de C. En ellas las columnas están reemplazadas por figuras femeninas de mármol que miden 2,30 metros de altura. El peplo cae a lo largo de la pierna, formado pliegues verticales que evocan los canales de las columnas a las que sustituyen. 




Copia de una cariátide
hecha en época del
emperador Adriano, en el
siglo II a. de C.
Las cariátides son una armoniosa
combinación de fuerza y gracia


Atenea Partenos 

En el Partenón, templo dedicado a Palas Atenea, había una estatua de marfil y oro, la más famosa obra de Fidias. La diosa tenía en una mano a la Victoria y la otra se apoyaba en un escudo. La cabeza ostentaba un casco con un alto penacho, como el de los guerreros.














Las coré eran doncellas dedicadas a la diosa Palas Atenea, protectora de Atenas. En la Acrópolis había muchas de ellas, la de la izquierda es de mármol policromado; la túnica, de tono azul verdoso, aparece bajo el manto, que tiene motivos rojos y azules.

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