miércoles, 29 de abril de 2015

De la vida misma

La humildad de un sabio

El doctor argentino Bernardo A. Houssay, que en el año 1947 recibió el Premio Nobel de Medicina y Filosofía, junto con los esposos Cory y Radnitz, mereció tan grande distinción por sus trabajos e investigaciones sobre la adrenalina, la glándula tiroides y paratiroides, que reunió luego, en una obra titulada Fisiología Humana. Cuando todos lo felicitaron por el premio, Houssay dijo sencillamente: "Tuve la suerte de tener buena salud, resistencia muy grande a la fatiga y a las dificultades de toda clase, buena memoria, pasión incontenible por la investigación, tenacidad y laboriosidad y claro concepto de mi ignorancia". Sus discípulos y todos los que trabajaron con él, que conocían sus virtudes, decían que si se agrupara todo el instrumental empleado por Houssay en los experimentos fundamentales que revolucionaron nuestros conocimientos sobre el metabolismo de los glóbulos, nos asombraría su escaso número y sencillez. Su extraordinario talento pudo lograr tanto con tan poco. 


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