jueves, 30 de abril de 2015

Arquitectura para acercarse al cielo


Cuando finalizaba el siglo XI, Europa vio nacer un nuevo estilo arquitectónico que, dejando a un lado la solidez del estilo románico que se usaba hasta entonces, elevaba una estructura vertical ligera y alta con ventanas y vitrales que dejaban pasar la luz, dando claridad al templo. Este estilo, uno de los más bellos y perfectos, y que encontró en las catedrales su cabal expresión, fue llamado "gótico" por Giorgio Vasari, un escritor discípulo de Miguel Angel. La denominación era despectiva, pues, según Vasari, carecía de las proporciones del arte grecorromano y era propio de los pueblos bárbaros (o godos; de allí la palabra gótico). Pero fueron los románticos del siglo pasado los que supieron valorar, realmente a las catedrales, reconociéndolas como la expresión más perfecta del espíritu religioso de la Edad Media.


La catedral de Milán es el mejor ejemplo de gótico italiano.
Se inicio en 1386 y en el exterior tiene 135 agujas.



Los orígenes del gótico

Desde los comienzos del cristianismo, las catedrales eran las iglesias designadas como sede del obispo o arzobispo (su nombre viene de cathedra: silla o trono) de la diócesis. Las más antiguas eran de estilo románico, derivado de las construcciones romanas caracterizadas por los arcos y las bóvedas esféricas. Pero hacia el siglo XI comenzó a usarse la ojiva o arco apuntado, elemento arquitectónico que fue acompañado de un resurgimiento cultural europeo basado en ideales religiosos.
Entre los acontecimientos políticos que influyeron en el desarrollo de las artes, el más importante fue el cambio experimentado en el modo de ser de las ciudades al liberarse del poder feudal, al tiempo que se afianzaba la monarquía. Las ciudades adquirieron mayor importancia gracias al nacimiento de corporaciones obreras y mercantiles que constituyeron la sociedad activa. A ellos se sumaban los eclesiásticos y los estudiantes, a quienes el cristianismo confirió una gran espiritualidad. De esta conjunción de elementos dispares, pero unidos por el ideal religioso, surgió la catedral gótica. Ella servía para las ceremonias del culto, para la celebración de misterios y fiestas populares. Con gran entusiasmo, toda la población contribuía, con dinero o trabajo, a la construcción de la catedral impulsada por la fe, pero también para embellecer el municipio. La identificación con la obra era tan grande, que la mayoría de ellas son anónimas, pues nadie quería exaltarse individualmente. 


La catedral de Burgos fue construida en el
siglo XIII y es uno de los edificios góticos más
hermosos de España.



Un abad con imaginación

El rey de Francia, Luis VI, llamado "el Gordo", tenía como consejero el abad Suger, un religioso que, además de ser un experto coleccionista de tesoros artísticos, tenía una fecunda imaginación y sólidos conocimientos de arquitectura. Suger logró que el monarca, con el apoyo financiero de algunos nobles, caballeros y burgueses, le facilitase los fondos para la erección de una iglesia: la de San Dionisio (Saint-Denis). 
La obra comenzó, pero lamentablemente Luis VI no pudo verla terminada, pues falleció en 1137; pero si asistieron a la congregación de la abadía real Luis VII, "el Joven", y la reina Leonor de Aquitania. El acto tuvo efecto en 1144, y tanto el monarca como sus invitados, entre ellos el primado de Inglaterra y varios nobles y obispos de otros lugares de Europa, quedaron maravillados de lo que veían, surgido de la imaginación del abad Suger.


Catedral Saint Denis

Vitrales de la catedral
de Saint Denis

















Más luz, más ventilación, más altura

Sobre todo, llamaron la atención las policromas ventanas, que desparramaban su luz dentro del templo, y las esculturas alargadas -a manera de columnas- de los reyes y las reinas del Antiguo Testamento.

Catedral de Notre Dame de París
Aquella abadía no era fortaleza maciza como las iglesias románicas, y tenía la luz que a éstas le faltaba. No sólo había allí más luz sino también más ventilación y más altura, y los ilustres visitantes se convirtieron en entusiastas difusores de este nuevo estilo que aún no tenía nombre y que había nacido cerca de París, en la llamada isla de Francia.
Inspirada en la abadía de San Dionisio surgió, poco después, la famosa catedral de Nuestra Señora de París (Notre Dame), que comenzó a ser construida en 1163 y fue terminada en la segunda mitad del siglo XIII, convirtiéndose en uno de los más célebres ejemplos del gótico francés.
Vitral en Notre Dame de París
Vitral en Notre Dame de París





        
Gárgolas en Notre Dame de París

Gárgolas en Notre Dame de París













Características de las construcciones góticas

Se llama arbotante el arco que por su extremo superior contrarresta el empuje de otro arco o de una bóveda. Pues bien: merced el empleo de los arbotantes los arquitectos medievales pudieron dar a las bóvedas centrales más elevación y amplitud, disminuir - a la vez- el espesor de los muros y efectuarles anchas aberturas (téngase presente que los arbotantes, colocados en el exterior, apoyados sobre los contrafuertes, recibían el empuje de la bóveda central).
En la arquitectura gótica se uso el arco apuntado, es decir, el constituido por dos porciones de curva que forman ángulo de la llamada clave (piedra con que se curva la bóveda o el arco). Pero lo más característico fue el cubrimiento del espacio de bóvedas de crucerías o nervadas (llamadas así por los dos nervios que se cruzan en diagonal a la altura de las claves). Este sistema permitió abrir grandes espacios de luz para iluminar el interior mediante las policromadas ventanas.
En síntesis: el estilo gótico es un conjunto de formas y de lineas verticales, tendidas hacia arriba como deseando acercarse al cielo.

Bóveda de crucería



Arbotante





Se sacrifica la solidez en pro de la ornamentación

Era tanta la influencia que ejercía el estilo gótico, que comenzaron a levantarse catedrales en Francia, España, Alemania, Inglaterra y otros países de Europa, cobrando nombradía las de Chartres, Reims, Beauvais, Amiens, Nuremberg, Toledo, Burgos, León, Durham, Canterbury, Lincoln, Estrasburgo, Milán y otras muchas.
Pero en algunas de estas construcciones la preocupación de los arquitectos se centró en la ornamentación más que en la solidez, y así se vieron catedrales con superabundancia de ventanales, campanarios superpuestos, piedras caladas, demasiadas gárgolas en las paredes, agujas sobre los campanarios... Lo cierto es que algunas de estas iglesias se derrumbaron con el correr de los años, pero la mayoría resistió el paso del tiempo.



Catedral de Chartres - Francia



Catedral de Reims - Francia


Catedral de Beauvais - Francia



Catedral de Amiens - Francia


Catedral de Nuremberg - Alemania


Catedral de León - España
Catedral de Toledo - España



Catedral de Durham - Inglaterra


Catedral de Canterbury - Inglaterra



Catedral de Lincoln - Inglaterra




Catedral de Estrasburgo - Francia







Arquitectura gótica

Castillos, palacios y esculturas góticas

El estilo gótico no se limitó exclusivamente a lo religioso, ya que inspiró la construcción de castillos y palacios a la vez que tuvo magnificas expresiones en el arte de la escultura y las vidrieras. Fue el estilo de una época y de una forma de vida de un interesante período histórico.


Escultura: Tres de las cinco vírgenes necias
que muestran su dolor en la catedral de
Magdeburgo c. 1250


                 
A medida que la pintura mural iba decayendo proliferó en esta
época la pintura sobre tabla y más concretamente sobre retablo.
Pintura flamenca "Virgen del Canciller Rolin" de Jan Van Eyck.













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