miércoles, 1 de febrero de 2017

¿Qué son los calambres?

Un movimiento brusco, súbito y enérgico, el ejercicio excesivo o una incorrecta
posición de las extremidades son las causas frecuentes de calambres.




Molestos síntomas dolorosos, provocados por la contracción intensa y sostenida de algún músculo y que pueden sobrevenir en el curso de un violento ejercicio o en pleno reposo nocturno. Padecimiento bastante común y preocupación de muchas personas adultas y jóvenes, trataremos de comprender cómo y por qué se producen.



Funcionamiento neuromuscular

Las órdenes para el movimiento nacen en la corteza cerebral; específicamente conscientes, como el querer asir algún objeto, o automáticas, como el juego de movimientos para la marcha.
Son transmitidas a lo largo de vías nerviosas que discurren por todos los segmentos del sistema nervioso central hasta conectarse, en la última estación, con la célula llamada motora de la médula espinal, que se aloja en su asta anterior; desde ésta parte el nervio que dirige las contradicciones del músculo estriado y voluntario.
Las fibras del nervio motor se introducen en las fibras musculares por una zona especial llamada placa motora, a través de la cual la orden nerviosa se transforma en acortamiento de la fibra muscular, es decir, en contracción. Este delicado mecanismo puede verse alterado por causas que afectan la conducción del impulso nervioso en la neurona motora, por facilitación o impedimento en la placa motora o por fenómenos propios de la fibra muscular.




Tetanización (Causa muscular)

Cuando los trenes de ondas nerviosas que transmite la neurona motora son excesivos y el trabajo del músculo llega al límite de su capacidad, se contractura, es decir, se endurece, pierde la posibilidad de relajarse y se produce dolor. Se dice que se ha tetanizado; para quien lo padece, se le ha producido un calambre.
El mecanismo del dolor es un tanto discutido, pues podría ser provocado por la enorme presión a que están expuestos los receptores de posiciones (propioceptivos) que tiene el músculo o las articulaciones adyacentes; podría deberse a excesiva cantidad de sustancias residuales de la producción de energía necesaria para esa contractura (sustancias P: de pain = dolor, en inglés), o podría ser causado por la relativa falta de oxígeno local consumido durante el enérgico ejercicio, es decir, por la anoxia muscular.



¿Cuándo se producen los calambres? 

Un movimiento brusco, súbito y enérgico o una posición desusada de las extremidades pueden producir el calambre de la pantorrilla o el muslo.
El ejercicio excesivo, como la carrera, el salto atlético , la natación, o la práctica de un deporte por tiempos demasiado prolongados provocan frecuentemente calambre o predisponen a que, por la noche, al iniciar el reposo en cama, el solo hecho de un pequeño movimiento brusco de los dedos de los pies o tobillos desate el calambre sobre los músculos cansados. Igual origen tiene el que se le produce a quien camina mucho por su trabajo o al ama de casa el día que sale de compras.
Por supuesto, estos fenómenos no son privativos de las piernas, ya que también pueden ocurrir en los brazos, en la espalda o en el cuello, según el tipo de actividad desarrollada.
Toda actividad que provoque profusa transpiración, como el trabajo al Sol, en las minas, cerca de hornos, etc., significa pérdida de agua y sales (como el sodio); si se repara tomando agua únicamente, al poco tiempo comienza a padecerse calambres en las extremidades y en la pared del abdomen (calambres de los mineros) por trastornos, llamados electrolíticos (es decir, falta relativa de algunas sales), que afectan la conducción en la placa motora.
Los vómitos intensos, las diarreas profusas en el curso del cólera, de infecciones gastrointestinales o de la hepatitis y los síndromes de mala absorción intestinal (enfermedad celíaca, enteritis regional) se acompañan de calambres por la pérdida de sales que acarrean.
El raquitismo en los niños o el hipoparatiroidismo, como cuando la glándula paratiroides ha sido extirpada accidentalmente en el curso de la operación del bocio, cursan con hipocalcemia (bajo tenor de calcio en la sangre), que se manifiesta principalmente por calambres. Parecido cuadro de hipocalcemia, pero relativa (sólo se pierde el calcio ionizado de la sangre), tienen la hiperventilación pulmonar durante la respiración agitada o la ingestión excesiva de sustancias alcalinas (antiácidos para la gastritis o las úlceras de estómago y dietas vegetarianas exclusivas). Como en la realidad la base del mecanismo de los calambres es la hiperexcitabilidad de la neurona motora o de las fibras musculares, y la disminución de oxigeno aumenta la excitabilidad de ambas, los pacientes que padecen afecciones de las arterias de los miembros que dificultan la llegada de sangre se acompañan de calambres, arteriosclerosis, arteritis obliterantes, arteritis diabéticas, etc. Asimismo, las afecciones degenerativas del sistema nervioso y, en especial, de los nervios periféricos tienen como síntoma obligado el calambre; tal, por ejemplo, la polineuritis de los alcohólicos.
En casi todos estos casos, el paciente, al desarrollar una actividad como la marcha, en cierto momento debe detenerse por el dolor y calambre: al cabo de un tiempo mejora y puede reanudar la actividad durante otro lapso, repitiéndose el proceso; por esa causa ha sido llamada claudicación intermitente.



¿Qué hacer frente a los calambres?

Para los casos habituales por excesivo ejercicio, el descanso conveniente, los masajes suaves que activan la circulación  y algún sedante músculo-relajante son los procedimientos mas indicados.
Aquellos que se deben a excesiva sudoración o diarreas pueden ser evitados con la ingestión de agua y sales bajo forma de caldos o leche, a la vez que de la manera más adecuada se combaten sus causas.
La medicina posee hoy en día excelentes métodos para actuar sobre los vómitos y sobre las enfermedades que provocan desórdenes digestivos. También la cirugía puede actuar eficazmente, restableciendo la circulación deficitaria de las piernas, en muchos casos de reducción del calibre arterial, por medio del reemplazo de los vasos comprometidos.




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