martes, 19 de mayo de 2020

Primer símbolo del trabajo: el arado

El arado, que remueve el suelo y lo prepara para ser cultivado, es un humilde y sencillo instrumento de trabajo que contribuyó de manera decisiva a la civilización de la humanidad. Cuando el hombre aprendió a cultivar el suelo debió establecerse en un lugar; es decir, se hizo sedentario. Así nacieron las primeras organizaciones sociales y políticas para lograr una mejor convivencia. El arado simboliza , pues, el trabajo fecundo y en paz que ennoblece a todos los seres humanos.

Sencillo arado que utilizaron los antiguos egipcios para labrar las tierra
fertilizadas por las crecidas del río Nilo.





Antes del arado

El hombre primitivo, al observar la naturaleza, veía crecer las plantas y dar frutos que le servían a él de alimento. Se le ocurrió entonces que podía cultivarlas, pero para ello necesitaba herramientas adecuadas que facilitaran el trabajo. La primer herramienta fue un palo puntiagudo para hacer hoyos en el suelo e introducir allí las semillas . Luego mejoró esta herramienta y con dos ramas curvadas creó la azada y el azadón. La primitiva agricultura que se practicó entre los años 8000 y 6000 antes de Cristo se llama, precisamente agricultura del azadón, pero ésta agotó los terrenos, pues los azadones de madera o de piedras o huesos sujetos a un mango que se utilizaban, apenas removían las capas superficiales.

Arado primitivo tipo bastón


Ilustración de un arado etíope





Nace el arado

La necesidad de recurrir a las capas más profundas de las tierras a cultivar o sementeras hizo que el agricultor primitivo aplicara a ese mismo azadón una fuerza que lo arrastrara, cosa de poder volcar la tierra y permitir la renovación del lecho donde habrían de germinar y nutrirse las semillas. El probable uso del primer arado tiene lugar por los años 6000 a.C., y fue un arado sumamente sencillo: azadón con cuerdas tiradas por hombres. Más de un milenio habría de pasar antes que nuestros primitivos ante pasados intentaran y consiguieran la domesticación del buey, y este magnifico hecho trajo apareada la evolución del azadón al arado propiamente dicho, ya que la obtención de la tracción animal permite arrastrar un peso mayor y clavado más profundamente en la tierra. La irrupción de la agricultura del arado en la economía de las primeras comunidades fue fundamental, ya que permitió el asentamiento de esas comunidades y originó los cultivos en tierras cercanas a los grandes ríos.

Antiguo arado egipcio


Tipo de arado usado en la antigua Mesopotamia (Irak y Siria)






El arado y las leyendas

Nadie sabe quién fue el "inventor" del arado, pero en muchos pueblos encontramos leyendas sobre sus orígenes. Los chinos, por ejemplo, sostenían que lo creó el emperador Ching-Noung, que vivió hacia el año 3200 a.C. Los griegos lo atribuyen a sus dioses del Olimpo, y son varios los que comparten el honor: Zeus, Dioniso o Deméter. Según la mitología romana, Minerva, Ceres, Júpiter y Baco fueron quienes lo trajeron a la Tierra. Para los egipcios, la invención del arado es atribuida a Osiris el dios de la agricultura y única divinidad a quien se representa manejando el arado.

Dioses asociados a la agricultura, de izquierda a derecha:
Griegos: Deméter, Zeus y Dionisos.
Egipcio: Osiris
Romanos: Ceres, Minerva, Júpiter y Baco. 







El arado y sus tradiciones

Las tradiciones referentes al arado recogen, con más precisión que sus leyendas, la importancia de su incorporación al mundo, y para muestra podemos decir que Ísaias, unos de los más grandes profetas hebreos, consejero del rey Ezequías (siglo VIII a.C.), dijo que algún día los hombres harían arados con el hierro de sus espadas, anticipándose a lo que habría de ocurrir mucho después. Fue transformándose casi en un instrumento sagrado en la antigüedad, y recibió las alabanzas de poetas como Virgilio y Hesíodo, quien lo describe minuciosamente en su obra "Los trabajos y los días".
Los romanos hacían uso de él como protagonista de una ceremonia litúrgica, cuando debían establecer el perímetro de las ciudades que fundaban. En esas ocasiones empleaban un arado ensamblado con clavijas (cuñas de madera), sin ningún clavo, y tirado por una yunta de bueyes en la que uno de los animales era de color rojo y el otro completamente blanco. 
Cincinato, célebre patriota romano, en el año 458 de la era cristiana fue llamado a ejercer las funciones de dictador para salvar a Roma de la invasión de los ecuos y fue provisto de las altas insignias de su cargo mientras estaba ocupado en el manejo del arado. Apenas consiguió derrotar al enemigo y afirmar el triunfo renunció a la magistratura y regresó a las labores del campo, donde continuaría empuñando las manceras d su arado con la misma firmeza con que había manejado la defensa de su patria.
En España siglos más tarde, sucedió un hecho parecido con el visigodo Wamba. Los emisarios de la Corte de Toledo fueron a comunicarle su elección como sucesor del rey Recesvinto, y la tradición cuenta que encontraron a un campesino que estaba arando su tierra y al que le preguntaron por la casa de Wamba. El campesino, que no era otro que el mismo Wamba, sin darse a conocer levantó el arado a pulso y señalo la casa, asombrando al grupo de emisarios, quienes se dirigieron hacia la construcción señalada, seguidos por el labrador  Enorme fue la sorpresa de los emisarios cuando el futuro rey se dio a conocer, pero también fue grande la satisfacción porque dedujeron que un hombree capaz de empuñar un arado de ese modo era el más indicado para gobernar el reino con brazo fuerte y seguro.

Rey Wamba





Evolución del arado

El arado que usaron los antiguos egipcios para labrar las tierras fertilizadas por las crecientes del Nilo era sencillo; para construirlo tuvieron en cuenta el modo cómo el jabalí introduce sus colmillos en el suelo para buscar las raíces. El perfeccionamiento de este arado tuvo una aceleración muy lenta, y su adaptación a las diferentes necesidades de los cultivos sufrió las modificaciones precisas y de acuerdo con sus fuentes impulsoras. Con la domesticación del buey y del caballo fueron surgiendo los cambios y modificando sus ángulos de roturación y de volcado de la tierra, pero la incorporación de una verdadera vertedera, o sea un agregado a modo de alerón para arrojar la tierra al lado, se debe a los holandeses y es invento relativamente reciente. En el siglo XVIII el arado sufrió sus grandes modificaciones con la utilización del hierro en su estructura, y ese tipo de arado dio origen a todas las variedades que existieron hasta que la incorporación del tractor, con gran poder de tiro, cambió el concepto de arado hasta llegar a la técnica de las maquinarias que admiramos en la actualidad.

Antiguo arado egipcio











El arado en tierras de américa

América tuvo la particularidad de no contar con los animales que pudieran ser usados como bestias de tiro. Los cuadrúpedos como la llama o la alpaca sólo fueron encargados de labores de carga, y si bien el arado existió en modos rudimentarios, tuvo que ser arrastrado por hombres. El arado americano, que aún se usa en algunos sitios estrechos (laderas de montañas) o para el rayado de surcos en algunas especies de cultivos, es el típicamente conocido "arado de palo". Es decir, es un tronco cuyo extremo ha sido endurecido mediante un parcial contacto con el fuego. Luego, cuando el uso de bueyes y caballos se generalizó, ese mismo arado incorporó una reja de hierro, copiada de los arados españoles, y que brinda mayor resistencia y utilidad práctica.

Implementos que usaban los aztecas para arar






El arado en la actualidad

La agricultura de nuestros días también ha incorporado los grandes adelantos de la técnica, y los primitivos arados han dado paso a gigantescas y eficientes herramientas que permiten que un solo hombre realice las labores que en otros tiempos requerían los brazos de 50 o tal vez más hombres. La misma técnica ha permitido que las superficies agrícolas aumentaran en una misma proporción, apareadas a un idéntico rendimiento de las cosechas. Los arados que arrastran los tractores roturan muchos surcos a la vez y son de rejas o de discos, y sus eficientes labores se complementan con labores rastras que permiten una mejor preparación de los terrenos de siembras. 
La edad del arado sostenido por las manos parece ir quedando definitivamente atrás, pero es indudable que el tiempo transcurrido precediendo los pasos del hombre en los surcos ha sido testigo de todo lo que ha aportado para el progreso de la humanidad.

Tractor moderno



Los arados actuales ya sean de rejas o de discos, abren entre cinco
y veinte surcos a la vez, permitiendo así, con un solo hombre,
multiplicar el esfuerzo de los antiguos arados de tiro. Al mismo
tiempo, su rendimiento es mucho mayor, pues desarrollan más
velocidad, y también se puede regular la profundidad de los surcos.











No hay comentarios:

Publicar un comentario