La virgen y el niño
Por la esforzada acción de los apóstoles, en especial San Pedro y San Pablo, el cristianismo llegó a Roma donde la predicación del Evangelio ganó rápidamente no sólo a las clases humildes sino a las encumbradas de la urbe. En cambio, la nueva religión tardó en propagarse entre los pobladores del campo, a quienes los romanos llamaban paganos, vocablo derivado del latín pagus, que significa campo. Como esa resistencia de los campesinos o paganos a la aceptación del cristianismo se mantuvo mucho tiempo, la palabra pagano fue adquiriendo el sentido de no cristiano que perduró a través de los tiempos. La figura de Cristo fue motivo de inspiración, como lo demuestran las esculturas halladas en distintos lugares del imperio romano y, más tarde, en el imperio bizantino y en Europa medieval.
Cristo coronado
Aquí vemos a un Cristo bizantino de inspiración helenística, coronando a dos soberanos del imperio de Oriente: Romano y Eudoxia.
Madonna de Imad
Esta virgen, que fue donada hacia 1085 a la catedral de Paderborn, estaba revestida de laminillas de oro, al igual que otras imágenes similares existentes en Europa. Pero no se trata de un trabajo hecho con miras a ser luego recubierto, sino que es una verdadera obra escultórica de estilo romántico.
Madonna de Imad |
Cristo, San Pedro y San Pablo
Esta pieza pertenece al sarcófago de Junius Bassus, y se halla en los sótanos del Vaticano, Roma. Este Cristo está sentado entre Pedro y Pablo, y sus facciones irradian una diáfana juventud. Sus cabellos son ligeros, flotantes; los ojos, diseñados con amplia generosidad; la nariz es recta, y su boca carnosa recuerda a ciertos clásicos tipos apolíneos.
Cristo, San Pedro y San Pablo |
Cristo bendiciendo
Pertenece al Victoria and Albert Museum es este Cristo bendiciendo, un marfil del arte bizantino al que se lo ubica entre los siglos X y XI. Los pliegues de su vestidura están logrados merced a una técnica sutil y armoniosa, y es posible encontrar aún en esta pieza restos de policromía.
Cristo bendiciendo |
Crucifijo de gero
Los principios del arte carolingio fueron desarrollados por el arte otoniano hasta el siglo XI. Es éste (llamado Crucifijo de Gero) el más antiguo y monumental crucifijo de Europa, siendo un singular ejemplo del florecimiento del pleno relieve en la Alemania imperial. La policromía es mucho más reciente en esta obra, que presenta las características fundamentales del arte otoniano.
Crucifijo de Gero |
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