jueves, 9 de noviembre de 2017

La eterna magia del Circo

El fascinante espectáculo del circo viene deslumbrando con su magia desde los remotos tiempos de la antigua Roma. El circo era el lugar destinado a la celebración de espectáculos públicos, principalmente carreras de caballos. Los romanos, al conquistar la Hélade (Grecia), se sintieron atraídos por las competencias deportivas que allí se realizaban, preferentemente por las carreras de caballos, las que incorporaron a su poderoso imperio, construyendo para ello hipódromos al estilo griego, donde el emperador, su corte y el pueblo concurrían a disfrutar el espectáculo.




El circo, hace 2000 años

En aquel entonces la pista del circo tenía la forma de un paralelogramo, y sus extremos eran circulares. Se hallaba divida a lo largo por una amplia valla denominada "spina", en torno de la cual corrían los competidores. Fue tal el éxito del espectáculo, que muy pronto se crearon anfiteatros de grandes dimensiones, entre los que se destacaron el Circo Máximo, con una capacidad para 100000 personas y que luego fue ampliado para albergar a 385000 espectadores.
Julio César enriqueció estos espectáculos haciendo construir grandes canales de agua entre la pista y las graderías para realizar competencias de regatas y natación, y otras demostraciones acuáticas. Además, protegían al público de un posible ataque de las fieras.



El espectáculo: Costumbres remotas que aún perduran

El clásico desfile del circo, o la gran "parada" (presentación de todos los artistas), que generalmente abre el espectáculo o lo preanuncia, tiene origen en la solemne pero bullanguera procesión de aquel entonces. Lujosas carrozas y la efigie de los principales dioses de la ciudad abrían esta marcha. Luego venían el emperador y su corte; detrás, los que intervenían en los juegos, músicos, atletas, danzarines, jueces, magistrados y, por último, los efebos y las doncellas quemando inciensos y perfumes.
Al principio eran solamente carreras pedestres, pero luego se intercalaron pruebas y ejercicios ecuestres y muy pronto aparecieron las carreras de carros, bigas y cuadrigas. Eso dio origen a fuertes apuestas por parte del público.
Para alargar el espectáculo se incluyeron combates simulados entre guerreros, los cuales demostraban su habilidad y destreza. Pero con la aparición de los gladiadores, luchadores profesionales generalmente elegidos entre prisioneros y delincuentes, las contiendas se hicieron despiadadas. Para mejorar la calidad de éstas. Aurelio Escauro (105 a. de C.) fundó la primer escuela de gladiadores.

Las carreras de cuadrigas eran las competencias que más atracción ejercían
sobre el público romano y daban origen a fuertes apuestas.



Aparecen las fieras

Las fieras se incorporan muy pronto al circo romano. Al principio eran presentadas en jaulas, a las que se les prendía fuego.
Cuando los animales, enloquecidos y bramando de terror, buscaban la salida, eran acribillados a flechazos por los arqueros. Más tarde, los bestiarios inauguraron los combates entre fieras y hombres.

Con la aparición de los gladiadores, luchadores profesionales,
los combates se hicieron cruentos.



Nace el circo moderno

Durante la Edad Media, algunos juglares hacían pruebas de habilidad fisica recorriendo las ciudades y ganandose la vida. Y fue un sargento mayor inglés, Philip Astley, quien, en 1767, organiza un espectaculo de equitacion (era excelente jinete y actuaba con su familia), al que muy pronto incorpora acróbatas, malabaristas y payasos.
El éxito de su espectáculo lo lleva a Europa, y su idea es recogida por Antoine Franconi, quien abrió el primer circo del continente europeo. Los primeros circos se instalaron en locales fijos (teatros, salones, etc.), hasta que a mediados del siglo XIX, George y John Sanger popularizaron en Inglaterra el circo desmontable.

Una de las presentaciones de Philip Astley.



La legendaria "vieja Bet"

En 1811, James Sharp abre el primer circo de Estados Unidos , pero es Hackaliah Bayley (futuro socio del Barnum & Bayley) quien presenta un gran espectáculo de circo, y en él, a su estrella: "la vieja Bet", una elefante adquirida en el año 1805. Fue tanta la popularidad de la "vieja Bet", que desde entonces no se concibe un espectáculo circense sin un buen número artístico con los simpáticos elefantes*.
La forma clásica del circo actual, de lona y circular, fue diseña por primera vez en EE. UU. por Nate Howes y Aaron Turner en el año 1826.
Pero sería Phineas T. Barnum, un hombre con extraordinario sentido de la empresa y la publicidad, que todo lo hizo a lo grande, quien le daría el espaldarazo final al circo moderno. Compró al Parque Zoológico de Londres a quien sería el más famoso "artista" de su circo y heredero de la popularidad de la vieja Bet: el elefante Jumbo. Barnum, luego de asociarse con Bayley, creó el más grande y completo de los circos con el cual recorrió to Estados Unidos, en su propio tren de 61 vagones, y con un contingente de artistas y obreros compuestos por más de 1200 personas.
Otro grande del circo fue William F. Cody, más conocido por "Buffalo Bill". Cody presentaba un espectáculo llamado del salvaje Oeste, donde predominaban las pruebas de equitación y destreza en el manejo del revólver y el lazo.

Antigua publicidad sobre la "vieja Bet".
Fuente


Antigua publicidad de Jumbo para el circo de P. Barnum. 


Viejo afiche del espectáculo de Buffalo Bill "Wild West" (salvaje Oeste).




Apellidos famosos en la dinastía del circo

A lo largo de la historia del circo moderno se destacan los apellidos de familias enteras que, dedicadas al maravilloso mundo del circo, han creado verdaderas dinastías.
Los famosos hermanos Ringling, en Estados Unidos; los Feijóo, en España; el circo Price, también en España; el Orrín, en México; el Bostock, de Inglaterra; el Krone, en Alemania; el Circo de Moscú; Frank Brown, en la República Argentina, y esa inmensa legión que a lo largo de tantos años, han dedicado su vida a la noble tarea de divertir al público en ese mundo mágico del circo, donde todo es posible, todo..., como que hasta los adultos pueden volver a reír con la misma risa pura y limpia de su lejana niñez.

Frank Brown, payaso y empresario circense.




No hay comentarios:

Publicar un comentario