Los etruscos
Los etruscos fueron un pueblo que habitó en el noroeste de Italia, que desarrollaron una importante civilización previa a la fundación de Roma, en el siglo VIII antes de Cristo. En realidad no se conocen bien los orígenes de este pueblo, pero la mayoría de los historiadores cree que provenía del Asia Menor. En ellos es notable la influencia griega, que se manifiesta especialmente en las creaciones artísticas. Los etruscos fundaron una confederación de ciudades y se extendieron hasta el Lacio, donde se fundó Roma. Su elevado espíritu artístico ha quedado revelado en las esculturas, tanto en el modelado de arcilla como en el trabajo de bronce hecho con una técnica depurada. Esta civilización, empero, mantiene aún un sello enigmático, debido a que todavía no se ha descifrado completamente su escritura.
Pareja en un sarcófago
La influencia griega, especialmente de los jonios, se manifiesta claramente en los sarcófagos hallados en las tumbas etruscas. La fotografía superior muestra a una pareja de difuntos que descansan sobre un lecho. Está realizada en tierra cocida, y en la misma se advierten el tocado y la vestimenta típicos de este pueblo. Se cree que la obra data del siglo VI antes de Cristo, y se conserva en la Museo Nacional de Villa Giulia, en Roma.
Sarcófago
En los sarcófagos realizados posteriormente al siglo V antes de Cristo se encuentran tipos humanos distintos, por lo general más obesos o toscos. Algunos sostienen el óbolo para pagar a Caronte, el anciano barquero que conducía las almas de los muertos. Aparece también una figura femenina, que podía ser la esposa del difunto o una divinidad.
Guerrero de Capestrano
Esta estatua representa a un guerrero con un extraño equipo. Se encontró en una necrópolis de las montañas del Piceno.
Loba del Capitolio
Esta famosísima escultura hace referencia a los orígenes legendarios de Roma. Según la tradición, la urbe fue fundada por Rómulo y Remo, mellizos que, al nacer, fueron abandonados en el río Tiber por orden de Amulio, quien había arrebatado el trono a Númitor, abuelo de los niños. Las aguas del río arrastraron la cesta que contenía a los pequeños y la dejaron en la ribera, donde una loba amamantó a los pequeños hasta que fueron recogidos por unos pastores. La loba fue realizada en bronce en el siglo V antes de Cristo, pero las figuras de Rómulo y Remo fueron añadidas en el siglo XV por Antonio de Pollaiuolo.
Apolo
Esta estatua, realizada en tierra cocida, se encontraba junto con otras en la viga principal del templo de Veies o Veyes, de allí que se la conozca como "el Apolo de Veyes". Apolo era el dios del Sol, de la luz en general con todos sus efectos benéficos o perniciosos. Sus sobrenombres de Febo y Licio lo definían como el resplandeciente, el vivificante. En sentido más elevado, es el dios de la pureza espiritual y moral; por ello, de la legalidad, de la justicia y también de las bellas artes. Por todo esto fue objeto de especial veneración, y su oráculo en la ciudad de Delfos era consultado por gentes de distintas regiones. En esta estatua, la deidad avanza con un movimiento decidido hacia Heracles para quitarle una cierva, y a causa de su rapidez la vestidura se le pega al cuerpo. La estatua presenta una gran vitalidad, acentuada por una rica policromía. Se cree que esta obra maestra fue realizada por el escultor Vulca hacia el año 510 antes de Cristo. Hoy se conserva en el Museo Nacional de Villa Giulia, en Roma.
Quimera de Arezzo
La quimera es un monstruo de origen oriental, compuesto por un cuerpo de león con cola de serpiente, y está representada con el lomo arqueado en un esfuerzo desesperado. En su dorso se yergue una cabeza de cabra, que muere por la herida que acaba de recibir. Todo el bronce transmite un intenso dolor. No se conoce bien la fecha en que fue realizada esta obra, pero la mayoría cree que data del siglo IV a. de C. Fue descubierta en Arezzo, en el año 1553.
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