Estatuas romanas
Si bien la influencia griega fue muy grande en la escultura romana, la idiosincrasia de ambos pueblos era muy diferente y ello se tradujo en sus obras. Los griegos, dotados de gran imaginación, siempre elevaban al hombre sobre si mismo y lo convertían en héroe o en una deidad. Los romanos, en cambio, representaban seres humanos, con todas sus limitaciones. El retrato romano es una reproducción verídica de la realidad; tan verídica, que hasta permite al espectador estudiar la psicología de la persona representada . La grandeza de Roma, sus conquistas, sus soldados, pero también los vencidos; es decir, todo lo que integraba la sociedad romana ha quedado magníficamente representada en las estatuas de la época imperial.
Legionario romano
Esta estatua de bronce tiene un gran valor simbólico y ha sido realizada para exaltar a los legionarios que, una vez finalizada la campaña militar, se dedicaban a realizar trabajos de agrimensura en las tierras conquistadas o a trazar nuevos caminos, construir puentes, acueductos, murallas, etcétera.
Flora
Esta era una antigua divinidad de las flores y los capullos en general que brotaban con la primavera y a la cual se le ofrecían plegarias para que hiciese fructificar las plantas. También se la consideraba protectora de la juventud. En el siglo III a. de C. se le erigió un templo en Roma y se le instituyó una fiesta. Las obras de artes la representan como una joven exuberante engalanada con flores. Esta estatua de mármol notable por su realismo, fue hallada en las Termas de Caracalla, Roma.
Toro Farnese
Este célebre grupo escultórico se encontró en las ruinas de las Termas de Caracalla, pero es una copia de una obra de Apolonio y Taurisco de Tralles y representa el suplicio de Dirce. Ésta gobernó a Tebas, y los hermanos Anflón y Zeto, en venganza por el mal trato de Dirce a su madre, la ataron a las astas de un toro, que la arrastró hasta la muerte.
Dama romana
Este busto de mármol de gran realismo permite apreciar el tocado femenino.
Boxeador
Esta estatua de bronce de fin del siglo I a. de C. posee gran influencia helenistica. En la mano izquierda tiene grabada la firma de su autor Apolonios, hijo de Néstor. La obra muestra un gran realismo la cabeza del boxeador profesional con el rostro lleno de cicatrices, la nariz aplastada y las orejas hundidas. Se conserva en el Museo Nacional de Roma.
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