Por refracción de la luz se entiende la desviación que sufre un rayo de luz al pasar de un medio transparente a otro medio también transparente. En este caso, desde el vació hasta la atmósfera.
Cuando observamos el Sol sobre la línea del horizonte, lo que realmente vemos es la refracción de sus rayos porque, en realidad, el Sol aún está debajo. Los rayos que provienen del astro se desvían en la atmósfera.
Por el fenómeno de refracción vemos el Sol dos minutos antes de que aparezca en el horizonte y un minuto después que desaparece. Es decir, que tenemos 3 minutos diurnos de "yapa".
Por la misma causa no vemos a los planetas, a las estrellas y a los astros del firmamento en el lugar exacto en que se encuentran, salvo si están ubicados sobre nuestra cabeza, en línea recta a nuestro ojo.
El color rojo del Sol cuando está sobre el horizonte se debe a que atraviesa capas más densas de atmósfera, y el color se lo dan las impurezas de la atmósfera. Por eso, después de una lluvia (que asienta las impurezas del aire) vemos menos rojizo, más pálido, al Sol.
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