martes, 6 de octubre de 2015

El té

Una planta y una costumbre heredadas de Oriente

Entre las leyendas que se cuentan en Oriente sobre el origen del té, una de las más difundidas es la del príncipe hindú Darma, que llegó a China en el 511 a. de C. Según el relato, el joven príncipe era bondadoso y celoso en la práctica de su religión. Se retiraba frecuentemente a la montaña a hacer penitencia. Un día, habiéndose entregado a la oración, se quedo dormido, vencido por el cansancio. Se despertó y, juzgando culpables a sus propios parpados por haberse cerrado durante el sueño, se los arrancó. De cada uno de ellos -dice la leyenda- brotó una plantita de té. El príncipe preparó una infusión, que lo reconfortó, y enseño luego a muchos discípulos a prepararla. Lo cierto en la aparición del té como bebida es que resulta imposible precisar ninguna fecha, y por eso recurrimos a la leyenda.
Se sabe que 2700 años a. de C., un escritor chino, cuyo nombre se ha perdido, nombraba la infusión, citándola como una práctica. También se recuerda un poema de Confucio, muy posterior a aquella fecha, del año 500 a. de C., donde se habla del té. Pero es el cronista chino Yo Lu, que vivió durante la última época de la dinastía Tang (618-906), quien da los datos más precisos en cuanto a la antigüedad del té. Asegura que se bebía ya en el siglo VI, y que en el siglo VII se extendió tanto la costumbre, que hubo que aplicarle un fuerte impuesto.
Marco Polo, curioso (y minucioso) cronista del Oriente, no lo nombra en sus célebres viajes. Tampoco hubo noticias de su existencia en Europa durante la larga Edad Media. Se cree que un mercader persa, en 1550, introdujo el uso del té en Venecia. A partir de esa fecha, poco más o menos, en el continente europeo empieza a hablarse de la bebida, primero como medicina (la Herba Schak o Cha, de las farmacias) y luego como infusión. 
El té se convirtió en la bebida popular inglesa sólo hacia 1600, con las grandes importaciones del producto desde Oriente. La costumbre de tomar té a las cinco de la tarde, el five o'clock tea, es hoy un hábito inglés muy arraigado, que se confunde con el pueblo mismo.




Origen de la palabra y procedencia 

La palabra té proviene del chino tscha, que se pronuncia en algunos lugares de ese país. Con ella se designa el arbusto originario del Extremo Oriente, a su hoja (seca, enrollada y tostada ligeramente), con la que se hace la infusión, y a la infusión misma.
El té se bebe hoy universalmente por sus cualidades estimulantes, acción estomacal y propiedades alimenticias.


Casa de té del Pabellón de Plata, Kioto. Para el chanoyu (Arte del Té)
 hay que poseer una pequeña casa llamada sukiya.



La planta del té

Es un arbusto erguido, muy ramoso, a veces arborescente, por lo menos de 1 a 2 metros de alto, de hojas esparcidas, siempre verdes, lanceoladas, de 2 a 12 centímetros de largo (alcanzan hasta 5 de ancho), con flores axilares, aisladas o en grupos del tamaño de las del cerezo.
Crece silvestre y se desarrolla en terrenos poco fértiles, con algo de abono. Se lo cultiva por semillas, en sitios soleados, secos, que puedan ser regados. La cosecha de la hoja se hace a partir del tercer año y hasta el séptimo, oportunidad en que la planta es extirpada. El té recién cosechado no tiene aroma.


Los tés verde y negro

En el comercio se distinguen dos clases de té: el verde y el negro. El primero se obtiene calentando en una especie de sartén las hojas frescas y el segundo dejándolas un tiempo en montones hasta lograr una especie de fermentación.
Según de las hojas de que esté compuesto, el verde puede llamarse hyson o skin hyson. En el primer caso se trata de las primeras hojas del arbusto, más las yemas foliares, y el segundo, de todas las hojas que se hayan desechado para obtener el hyson. Dentro de la variedad se encuentra la llamada curiosamente pólvora, a la que se ha agregado aroma de olivo silvestre.
En cuanto al té negro, se tiene en cuenta la edad de las hojas: las más jóvenes son las que dan el mejor té. Entre estos tés se citan como óptimos el pekoe y el souchong.


Parte utilizable del arbusto del té,
con la indicación de su valor comercial.


Métodos de elaboración

Los métodos corrientes de elaboración, que han servido de modelo para la industrialización del té en el mundo entero, fueron inventados por los chinos, o al menos probados por ellos como eficaces.
Las hojas son sometidas a una calefacción con vapor (se las pone sobre cañizos de bambú, sobre calderas de vapor, de una a dos horas), a una primera tostación (se las quema ligeramente en recipientes de hierro, sobre fuego de leña, de cuatro a cinco minutos), a un enrollado (operación que se hace a mano, sobre mesas de bambú), a una segunda tostación, a un cribado (utilizando tamices de diversos tamaños y máquinas aventadoras, para quitarles el polvo) y a un teñido (agregado de colorantes, como azul de Prusia).
De este modo se habra obtenido el té verde, que es el de importación más solicitado en el Oriente. Para obtener el negro, la operación incluye los siguientes pasos: desecación, batido y fermentación, primera tostación, enrollado, exposición al aire libre, segunda tostación, nueva desecación, y enrollado, clasificación y última desecación.
También se obtiene para la importación, especialmente en Rusia, el llamado té en pan, consistente en un bloque con forma de ladrillo (razón por la cual se le da el nombre de té ladrillo), logrado mediante la agregación a las hojas, ya preparadas, de papilla de arroz.


Chanoyu




La ceremonia del té, conocida con el nombre de chanoyu, en Japón, comprende el acto de servir y beber el matcha o té verde en polvo. El chanoyu ha desempeñado un importante papel en la vida artística del pueblo japonés, ya que la ceremonia tiene un gran contenido estético y se extiende al cuarto donde se desarrolla, a los utensilios para servir el té, a la decoración del ambiente por medio de un kakemono, pintura o escritura sobre un rollo alargado, o con un ikebana o arreglo floral. La ceremonia común del té dura unas 4 horas y consta de cuatro partes: la primera, en la que se sirve una comida ligera; la segunda, el nakadichi; la tercera, goza-iri, parte principal de la ceremonia en la que se sirve té fuerte, y la cuarta, el servicio de usucha o té liviano.


Antigua tetera de plata fabricada en China hacia el año 1680.
Sus seis paneles están decorados con animales y escenas
rústicas orientales.

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