lunes, 30 de enero de 2017

Cuando una frase se hace célebre

"Ahora puedes leer el Quijote"

Un caballero llamado Antoine de Maistre era muy conocido en la corte fracesa de Luis XIV por sus desmedidas ambiciones y deseos de escalar posiciones sin reparar en los medios (un "trepador", como se dice ahora). Un poco harto de él, en cierta oportunidad el monarca le preguntó si sabía hablar el español, y ante la negativa de De Maistre, exclamó: "¡Qué lástima, es una gran pena!". Creyendo que Luis XIV pensaba nombrarlo embajador o darle algún puesto importante en España, el ambicioso cortesano aprendió rápidamente el idioma, y luego le comunicó la novedad al soberano: "¡Señor, ya sé el español!". "Mágnífico -le contestó el rey-. ¡Ahora puedes leer el Quijote!.
Luis XIV



"Yo no hablo a tontas ni a locas"

Allá por la década del 20, un núcleo de copetudas damas trataba por todos los medios de convencer a don Jacinto Benavente para que diese una conferencia en el Lyceum Club de Madrid, y el célebre comediógrafo se las ingeniaba inventando excusas y más excusas para declinar la invitación y eludir el compromiso. Por supuesto, las damas no cedían en su empeño, y una de ellas llegó a decirle: "Vamos, don Jacinto, usted no necesita preparar una conferencia. ¡Usted va una tarde, nos dice cualquier cosa,y nosotras estaremos encantadas!". Y entonces Benavente contestó: "No puedo, señora, no puedo. ¡Sepa que yo no hablo a tontas y a locas!". Lo bueno -según contaba después el ilustre autor- es que las señoras se ofendieron... ¡y él nunca supo por qué causa!
Jacinto Benavente



"La barba no hace al filósofo"

Era costumbre de los antiguos filósofos dejarse luengas barbas; a tal punto influyó en algunas gentes el aditamento piloso, que más de un barbudo aprovechado intentó imponer doctrinas o formar escuelas. Contra ese abuso de "portación de barbas" se manifestó el poeta romano Cayo Lucio (siglo II, a. de C.), cuando en un discurso dijo: "Si la barba hace al filósofo, ¿qué inconveniente existe, amigos míos, para que un cabrón barbudo pueda saber tanto como Platón? ¡La verdad es que la barba no hace al filósofo!". Es posible que no todos participen de las ideas de Cayo Lucio, pero lo cierto es que barbudos farsantes aparecieron en todas las épocas.
Ejemplo de barba antigua.
Lucio Vero, emperador romano 😟



"¡Más cornás da el hambre!"

Veintiocho años vivió Manuel García, "El Espartero", torero español que ganó singular renombre a fines del siglo pasado gracias a su habilidad y coraje extraordinarios, de los cuales da suficiente idea estos datos de su "curriculum": intervino en 354 corridas y mató a 976 toros. Hijo de una familia muy pobre, "El Espartero" apresuró su aprendizaje enfrentando con temeridad a las bestias más bravas; a tal punto arriesgaba su vida. que en cierta oportunidad alguien le observó amistosamente: "¿Pero no temes que el toro te dé una cornada?". Y el mozo le contestó, recordando las muchas privaciones de su infancia: "¿Una corná del toro? ¡Más cornás da el hambre!".
Manuel García.




sábado, 28 de enero de 2017

La sal



Para darle sabor a la vida

Junto con el aire y el agua, la sal es uno de los tres vitales elementos de la vida humana. En el libro de Job, escrito unos 2.250 años antes de nuestra era, el protagonista se pregunta: "¿Puede ser comido sin sal algo que es desabrido?". Es tal vez ésa una de las alusiones más antiguas al mineral, pero ciertamente no la única de la Biblia, donde está contenido aquel libro.
Los chinos y los egipcios e indostánicos intentaron vanamente precisar el tiempo y el lugar donde fue descubierta. Creyeron que, originalmente, apareció depositada sobre malezas, flotando en el mar. O bien pensaron que se la encontró primero en forma de sal de roca. Más generalizada es la creencia de que fue hallada en depósitos dejados por la evaporación de agua de mar.



¿Qué es la sal?

Pero si no podemos saber con precisión estos datos, que se pierden en los comienzos de la vida del hombre, podemos decir qué es la sal, químicamente hablando.
La sal o cloruro de sodio es un compuesto mineral distribuido en la naturaleza en forma sólida o sal gema (generalmente residuos de la evaporación de antiguos mares) y en disolución (agua de mar y manantiales salados). Se presenta en cristales cúbicos con densidad de 2,1 a 2,6 y dureza de 2,5. Es fácilmente soluble en agua. Muy rara vez aparece pura, y con frecuencia acompaña al yeso, a la pizarra y a las areniscas.



¿Dónde y cómo se obtiene?

Se la obtiene del agua de mar y de las minas de sal gema, llamadas comúnmente salinas. En el primero de los casos, son el calor del Sol y la acción de los vientos los que hacen posible la evaporación de las aguas, dejando el mineral en el fondo. Para que así ocurra, se hace entrar agua salada en grandes balsas de poca profundidad, donde se espera que se evapore espontáneamente. Luego se la pasa a centros de depósitos, en los que se eliminan las impurezas por procedimientos químicos y se forman los cristales, que finalmente se recogen con rastrillos.
Para extraer la sal gema se cavan pozos y galerías, utilizando perforadoras neumáticas y palas mecánicas. Se la muele y se la tamiza luego, separando los granos por tamaño.



En forma de salmueras

Un modo muy corriente de obtenerla es el de la extracción en forma de salmueras. Este procedimiento exige que se perfore el terreno hasta llegar a la sal mediante dos tubos concéntricos. En seguida se inyecta agua dulce a presión en el espacio que hay entre los tubos. Cuando el agua se convierte en salmuera, se la extrae por el tubo central. Esta sal es la preferida para la fabricación de manteca y queso, para la salazón de carnes y para los usos de panadería.



La sal en piedra

Pero hay otro tipo de sal, también muy usado, aunque no muy conocido. es el llamado sal en piedra o sal pedrés. Se la utiliza para la alimentación del ganado. Para producirla, antiguamente se aprovechaban trozos de sal gema o las incrustaciones de los evaporadores. En la actualidad se preparan bloques comprimidos de sal, procedentes de evaporación, a los que se añade azufre u otras sustancias que tienen por objeto suplir deficiencias de la alimentación del ganado (pasturas o aguadas).

Una catedral de sal
En Zipaquirá, Colombia, existe un enorme banco de Sal explotado por los indígenas
desde la época precolombina. Para aprovechar esta mole se decidió construir una
verdadera catedral excavada en la montaña como expresión de gratitud al Creador.
La portentosa obra, cuya única decoración es un friso con las estaciones del
Via Crucis, tiene capacidad para veinticinco mil personas que llegan de todas
partes del mundo para admirar esta obra de importante belleza. 




Los múltiples usos

Para la mayoría de las personas la sal es simplemente un ingrediente indispensable para sazonar los alimentos, para preservar la carne y el pescado y para curar jamones. Pero estos usos, con ser fundamentales, no son todos, ni mucho menos.
A parte de servir para la alimentación humana y la conservación de alimentos, en forma de sal fina y gruesa, y para el ganado, como queda dicho, la sal es un mineral de vasto empleo en la agricultura, para matar el sorgo y otras malezas, por ejemplo, o para la conservación de la madera. En sanidad se la usa en compresas, para baños, para eliminar parásitos (mezclada con otros elementos químicos). También se la emplea para diluir la acumulación de hielo en caminos de tierra mejorados y en cambios de vías de ferrocarril.
En las industrias no alimentarias, es importante en la salazón de cueros, tripas, fabricación de hielo, cosmética, para templar el acero, en la preparación de vidrios, para tintorería y apresto de tejidos.
Finalmente, en las industrias jaboneras, de grasas y aceites y química. En esta última, en la obtención de cloro, soda caustica, solway, ácido clorhídrico y muriático, sulfato sódico y bicarbonato sódico.



De la salina al consumidor

En la salinas, la posibilidad de extraer sal de buena calidad depende íntegramente de factores climáticos. En Salinas Grandes (región muy rica en yacimientos de este mineral y que se encuentra ubicada en la provincia de La Pampa, República Argentina) se ha preferido instalar los establecimientos de lavado y purificado de la sal en el propio lugar, atendiendo a esos factores. Allí se procede a "cosechar" el mineral -una vez que aparece en la superficie por la evaporación previa-, a emparvarlo, usando topadoras, tractores con pala y otros tipos de maquinas raspadoras y cargadoras, y a transportarlo, finalmente, desde las parvas gigantescas, ya convertido en sal a granel, hasta las tolvas para su industrialización.
Son las máquinas lavadoras y purificadoras, las zarandas mecánicas y las centrifugadoras que le reducen el grado de humedad, los aparatos que forman parte de esa industrialización, que sólo acaba cuando el producto, blanco y refinado en el grado necesario, es envasado, también mecánicamente.

Máquina para extraer sal en Salinas Grandes, República Argentina.




El origen de la palabra salario
En la antigüedad, la sal entre los indígenas de
Abisinia (Etiopía) reemplazaba a la moneda. Ella era un instrumento
de trueque y también, se utilizaba como medida de valores.
Los obreros, según su trabajo, recibían distintas medidas de
sal, y de allí se originó la palabra salario para designar la
retribución que se da por un trabajo.




viernes, 27 de enero de 2017

Julio Verne

Un escritor del futuro

Se escapó de su casa cuando tenía once años. Quería llegar a las Indias y consiguió hacerse pasar por grumete. Pero su padre impidió la fuga a poco de zarpar el barco. Cuando consiguió traerlo de vuelta el niño le explicó: 
-Papá, sólo quería buscarle un collar de corales a Carolina.
El padre comprendió. A una viva fantasía, el hijo unía un tierno sentimiento. Carolina era una prima, una chica de su edad. No dejó de reprenderlo por el susto que le había dado, y entonces oyó esta respuesta:
-Te lo prometo papá, no viajaré más que en sueños...





El niño se llamaba Julio Verne y había nacido en Nantes, ciudad francesa sobre el rió Loire, el 8 de febrero de 1828. Con su hermano Pablo estudió en un internado, pero tal vez fueron las primeras lecciones que comenzó a darle la viuda de un capitán, amiga de su casa, cuando sólo tenia seis años, las que lo impulsaron a aquella frustrada aventura. Al enseñarle a dibujar las letras y a sumar, la mujer le hablaba de viajes, recordando a su difunto esposo.


Dramaturgo en París

Hijo obediente, Julio ingresó al liceo de Nantes. Ya bachiller, comenzó a estudiar Derecho porque en el hogar se lo destinaba a suceder a su padre, que era notario. Pero el sentimiento por Carolina no lo abandonaba y así nacieron sus primeras obras literarias unos sonetos y una tragedia en verso. De los sonetos nada sabemos, pero de la tragedia sí. No se la quisieron representar ni en un teatro de marionetas y su familia la ignoró, olvidando hasta el título.
Y en 1847, cuando tenía diecinueve años, Carolina se casó. El se sintió muy triste. Siguió estudiando, pero también escribiendo. Se dio cuenta de que lo atraía el teatro, y el teatro era París. Sin pensarlo más, convenció al padre para que lo dejara terminar sus estudios en la capital. Al emprender el viaje, escribió a un amigo: "¡Ahora verán todos de que madera está hecho este joven que se llama Julio Verne!".
En París compartió un cuarto con otro estudiante, nantés como él y hasta de su misma estatura. Los dos recibían una pensión muy escasa y se las arreglaban como podían. Les gustaba frecuentar, especialmente, los estrenos de teatro. Mientras uno se quedaba en la cama, el otro salía con el único traje que tenían. Una vez, Julio tuvo que ayunar tres días para comprar las obras de teatro de Shakespeare.
En esas andanzas, el futuro novelista conoció  a Alejandro Dumas y asistió, en 1849, en el Teatro Histórico fundado por el gran escritor, a una representación de "La juventud de los mosqueteros". Fue el propio Dumas quien hizo que subiera a escena una de las tres obras que el principiante se atrevió a mostrarle. 
Sin embargo, Julio no olvidaba el Derecho. Dio exámenes y presentó su tesis. El padre, entonces, lo invito a volver a Nantes para ejercer la profesión, pero él le contestó que no, que su carrera sería la de las letras.
Debió dar lecciones para vivir y abandonó el teatro para componer dos obras breves, en las que asomaba ya el futuro narrador. Tiempo después escribió el largo relato "Martín Paz", de tema histórico, que reveló de paso sus conocimientos geográficos.
Pero el teatro estaba siempre presente -y seguiría estándolo-, y volvió a él componiendo esta vez una opereta, en colaboración con un amigo, la que obtuvo bastante éxito.



Viajes reales e imaginarios

Otros nuevos relatos siguieron a la feliz representación, hasta que en 1857 se casó con Honorina Ana Hebe Morel, viuda de veintiséis años, madre de dos niñitas. Gracias a las relaciones de su suegro y a un aporte de su hermano, Julio entró en la Bolsa de París como asociado de un agente de cambios. La ocupación le permitió leer gran cantidad de obras y viajar a Inglaterra y Escocia (1859), y a Noruega y Escandinavia (1861).
El año 1862 marca el de la verdadera iniciación de su carrera literaria. En esa fecha presenta al editor Hetzel el manuscrito de "Cinco semanas en globo". La obra aparece en diciembre y se convierte en un gran éxito, no sólo en Francia sino en otros países. Ante ello, el editor le pide que colabore en forma regular en la nueva, "Revista de Educación y de Recreación". En la publicación aparecieron sucesivamente, en 1864, "Aventuras del capitán Hatteras" y "Viaje al centro de la Tierra".
Y como la demanda era muy grande, en el "Diario de los Debates" apareció al año siguiente "De la Tierra a la Luna", que en el original tiene este subtitulo: "Trayecto en noventa y siete horas y veinte minutos". El mundo de los viajes imaginarios (él los llamo "extraordinarios") había nacido.



El mundo de Julio Verne

Hay un mundo de Julio Verne, un mundo fraternal, abierto a la imaginación, pero también poderosamente real, con personajes inolvidables como el capitán Nemo, de "Veinte mil leguas de viaje submarino", aparecida en 1870, a continuación de su conocida novela "Los hijos del capitán Grant"; como Phileas Fogg, el flemático explotador inglés que, en compañía de su sirviente el noble e ingenioso Passepartout, da "La vuelta al mundo en ochenta días" (1873), y como Miguel Strogoff, el capitán de correos del zar, que da nombre a otra emocionante creación de la novela de aventuras.
A esta altura de su fama, el escritor viajaba en la realidad; y precisamente la obra "Veinte mil leguas de viaje submarino", ya citada, fue escrita a bordo del transatlántico que lo conducía a Estados Unidos en 1867. También  poseía un yate, al que bautizó con el nombre de "San Miguel" en las tres versiones que tuvo y con el que recorrió el Loire y visitó muchos lugares.
Extrañamente, siendo ya hombre consagrado y habiéndose convertido él mismo en personaje, fue víctima de un atentado. El hecho ocurrió en 1886, cuando un joven exaltado le disparó un pistoletazo que lo hirió en una pierna dejándolo rengo.
Escribió, a lo largo de su fecunda vida de creador, ochenta novelas e hizo representar al rededor de quince obras de teatro, compuestas por él o en colaboración. Puede decirse que fue un hombre de su tiempo, curioso de los descubrimientos de la ciencia, acerca de las cuales se informó detalladamente y a los que describió en sus novelas con mucho de visionario. Anticipó, por ejemplo , la construcción del submarino (el "Nautilus" de "Veinte mil leguas..." precedió en diez años al submarino del ingeniero Laubeuf) y el primer satélite artificial en "Los quinientos millones de la Begum", otra de sus novelas.
También "inventó" aparatos como el anfibio-corredor-volador de "El amo del mundo" o el de "El castillo de los Cárpatos", que proyecta imágenes como la maquina del cine. Pero no hay que confundir a Julio Verne con un ingeniero de nuestro tiempo. El fue un poeta de la novela científica del siglo XIX.



El cohete ideado por Julio Verne en 1860, un siglo
antes de que se realizara el viaje a la Luna en 1969.
Verne era un novelista pero tenía sólidos
conocimientos científicos.

jueves, 26 de enero de 2017

De la vida misma

Estatua viviente


Gioacchino Rossini era lo que puede llamarse un superdotado. Además de ser un compositor de inigualable sonoridad y pletórico de ideas, fue eximio cantante, destacado violoncelista, poeta y hasta dibujante en ocasiones. Por eso, sus contemporáneos lo llamaron "El Cisne de Pesaro", ciudad de Italia, donde había nacido en el año 1792.
Con sus composiciones musicales, tales como "Guillermo Tell" y "El barbero de Sevilla", ganó fortunas, pues inclusive su batuta de director era muy cotizada en Europa. Pero así como las ganó, las dilapidó. El dinero no se detenía en sus bolsillos; siempre lo derramó a manos llenas, pues llevaba una vida rumbosa. Cayó entonces en manos de prestamistas, quienes, al vencer los plazos estipulados, le reclamaban su dinero acuciándolo permanentemente. Llegó entonces el momento en que Rossini vivía, como se dice vulgarmente, "a salto de mata". Pero nunca perdió su buen humor.
En cierta ocasión dio un concierto en una importante ciudad de Italia. Las autoridades lo agasajaron, como siempre, y el alcalde, luego de un copioso almuerzo, lo llevó hasta un parque y, mostrándole un pedestal vacío, le dijo:
-¡Aquí, señor Rossini, se levantará su estatua. Nuestra ciudad cree que usted se merece este homenaje en vida!
Rossini preguntó entonces cuánto costaba aquella estatua, y cuando el alcalde, orgulloso, le dijo la cifra muy abultada, el compositor suspiró y repuso:
-¡De haberlo sabido, señor alcalde, me paraba yo en el pedestal por la mitad de ese dinero!




El camino del aire

La respiración pulmonar




El acto de respirar consiste en poner en comunicación el aire exterior con los glóbulos rojos en la sangre para que se carguen de oxígeno, al tiempo que eliminen el exceso de anhídrido carbónico, producto del metabolismo de los tejidos.
En los vertebrados superiores (reptiles, aves y mamíferos), esta función se cumple por intermedio del aparato respiratorio, cuyos órganos más importantes son los pulmones, donde se produce el intercambio de gases.



Los pulmones

Son dos grandes órganos simétricos, lejanamente parecidos a una pirámide , que están ubicados en el interior de la caja torácica, protegidos por las costillas y envueltos en una fina membrana de dos hojas, separadas entre sí por un espacio virtual con presión negativa: las pleuras. Su color varía con la edad, siendo rojo oscuro en el recién nacido y cuando aún no tienen aire, rosados en los niños y grisáceos en los adultos, llegando a adquirir color gris oscuro (antracótico)  por acumulación de partículas de polvo, hollín y humo provenientes de la contaminación ambiental, y del hábito de fumar. La estructura pulmonar se parece a una esponja, una especie de bolsa con pequeños sacos aéreos, los alvéolos, de los cuales existen unos 300 millones en cada pulmón humano, que se insuflan de aire cuando inspiramos y se vacían cuando espiramos. También llega a ellos la sangre transportada por la arteria pulmonar, que se ramifica en una amplia malla de vasos capilares en las paredes de los alvéolos de manera tal que el aire y la sangre quedan sólo separadas por una fina membrana celular, a través de la cual se efectúa la hematosis.

Los pulmones están contenidos en la cavidad torácica, que funciona como un gran fuelle.
La sangre se purifica en los pulmones, y el recorrido que ésta realiza entre el corazón y los
pulmones se llama circulación menor. En la imagen se ve que la mitad derecha del corazón
la sangre llega a los pulmones a través de las arterias pulmonares. Una vez oxigenada. la sangre
vuelve a la mitad izquierda del corazón por las venas pulmonares, las únicas que llevan sangre pura.


¿Por qué se intercambian los gases?

La sangre incorpora el oxígeno, que, por estar a mayor presión en el aire que en los glóbulos rojos, difunde a través de las paredes pulmonares y pasa a la sangre. Los glóbulos rojos eliminan el anhídrido carbónico que transportan a mayor presión que en el aire alveolar. Este intercambio vital se denomina hematosis.

La tráquea (1) se ramifica en dos bronquios (2) que van uno a cada pulmón
y se van ramificando, siempre de a dos, hasta llegar a los alvéolos. El
pulmón derecho (3) tiene tres lóbulos; el izquierdo (4), sólo dos lóbulos.
→ El esquema A muestra un racimo de alvéolos recorridos por una densa red
de vasos sanguíneos; el esquema B, un alvéolo; el C, cómo se produce el
intercambio de gases.





La vía aérea 

Para que el aire llegue a los pulmones, debe pasar a través de la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios.
Las fosas nasales pueden compararse a dos corredores o pasillos sinuosos, cuyas entradas externas se llaman narinas, ventanas de la nariz u orificios nasales, con salidas posteriores que desembocan en la faringe y se llaman coanas; el aire, al pasar por la nariz, filtra las gruesas partículas de polvo retenidas por el vello existente a la entrada, se calienta a la temperatura del cuerpo y se humedece por el vapor de agua de las paredes laterales anfractuosas, constituidas por los cornetes, y así, limpio, humedecido y tibio, alcanza la faringe, porción muscular de la vía aérea cuyas funciones comparte con el aparato digestivo y en cuya base nace la laringe.

Los pulmones , dibujados en rojo, están situados en la cavidad torácica formada
por el esternón (1), las costillas (2) y por el músculo diafragma (3). Entre las
costillas se encuentran los músculos intercostales (4), que ensanchan o disminuyen
la cavidad para ayudar la entrada o salida del aire.



Tubos conductores

La laringe es un órgano tubular cartilaginoso, impar y central situado en el cuello, a la altura y por delante de las cuatro ultimas vertebras cervicales. En su comienzo existe un reborde también cartilaginoso que le sirve de válvula oclusiva, para que no se deslicen por esta vía las sustancias deglutidas, y que se llama epiglotis. Por debajo de ella están las cuerdas vocales, aparato músculo-membranoso que nos permite hablar; recubierta su cara anterior por el cartílago tiroides, vulgarmente conocido como nuez de Adán por la prominencia que hace en el cuello, y a cuyos lados se ubica la glándula tiroides (de allí su nombre).
En su base se continúa con la tráquea, otro órgano cilíndrico que recorre el tramo superior del tórax y se bifurca para formar los bronquios fuentes.
Estos últimos, desde su nacimiento, se dirigen oblicuamente hacia abajo y afuera, para introducirse en el pulmón correspondiente y dividirse progresivamente, por dicotomía, hasta desembocar en los alvéolos. El bronquio derecho es más corto y ancho que el izquierdo, el cual a su vez es más oblicuo, pues debe cabalgar sobre el corazón, que está entre ambos pulmones.



Frecuencia respiratoria

Se denomina así a la cantidad de movimientos respiratorios que se realizan en un minuto  y que varía con la edad. el sexo, la actividad, el estado de reposo o vigilia, la enfermedad, etcétera.
Los niños tienen una frecuencia respiratoria más elevada que los adultos, llegando a 60 respiraciones por minuto; en el adulto normal es de sólo 16. Cuando nos agitamos, trabajamos o corremos, se eleva proporcionalmente la frecuencia respiratoria; si ésta es muy elevada o dificultosa se llama disnea.


La frecuencia respiratoria es la cantidad
de movimientos respiratorios que se realizan
en un minuto y que varían de acuerdo con la
edad, las actividades, los estados de reposo, etc.
En este gráfico se han indicado las cantidades
crecientes de aire que se requieren según las
acciones que se cumplan. 



Modificaciones del ritmo respiratorio

El bostezo por aburrimiento, cansancio o hambre consiste en una inspiración lenta, prolongada, seguida de una apertura amplia y espasmódica de la boca y una espiración algo más rápida y ruidosa, que dejan una sensación de alivio.
El suspiro también es una inspiración lenta y ansiosa por la nariz, con la  sensación de que no llega suficiente aire al pecho, y una espiración brusca, corta y quejumbrosa por la boca, todo gobernado por un sentimiento de tristeza y ansiedad.
La risa es una serie de inspiraciones rápidas y poco amplias, seguidas de ruidosa espiración entrecortada bucal, hasta casi agotar el aire pulmonar; por supuesto, en medio de una agradable sensación de felicidad.
El llanto es una sucesión de inspiraciones espasmódicas, pequeñas, muy rápidas y ansiosas, seguidas de una espiración bucal prolongada, asociada a profuso lagrimeo y que en los chicos se transforma en un grito muy emotivo.
El estornudo es un grupo de inspiraciones bruscas, que estallan en una única espiración chasqueante, habitualmente muy ruidosa, que deja una agradable sensación de alivio.



El aire que se respira contiene casi un 21% de oxígeno y el resto en nitrógeno,
con una pequeñísima cantidad de otros gases. Pero los pulmones absorben sólo
un 4% de este oxígeno, ya que se a comprobado que en el aire espirado hay sólo
un 17% de este elemento.




El centro respiratorio (1) que está en el cerebro es el que controla
la respiración, según los impulsos nerviosos y señales químicas
que recibe de distintas partes del cuerpo. En cierta medida, la
respiración también puede ser regida por la voluntad durante un tiempo.



Esquema de una unidad funcional llamada lobulillo respiratorio,
que contiene varios alvéolos. Éstos constituyen las subdivisiones
más pequeñas del árbol bronquial; en el pulmón humano hay unos
300 millones de ellos. La membrana alveolar es la barrera a
través de la cual se efectúan los intercambios gaseosos. La sangre
llega a los capilares del alvéolo procedente de las arterias pulmonares;
el oxígeno que recoge la sangre se une en ellas con la hemoglobina
de los glóbulos rojos.