viernes, 25 de diciembre de 2015

El origen de las tarjetas de Navidad

Una costumbre profundamente arraigada en todos los pueblos cristianos es mandar tarjetas de felicitaciones para las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Con ellas se expresan los sinceros deseos de felicidad y en su simbolismo revelan una fe renovada y un mensaje de amor a la humanidad. Sus orígenes son realmente curiosos.


Tarjeta de Nochebuena.
Cromolitografía 1880.


Buenos deseos 

Los antiguos romanos, muy supersticiosos, enviaban salutaciones al comenzar el año como un medio de atraerse a nuevas divinidades. Esa costumbre, aunque modificada por otras creencias religiosas, perduró en la Edad Media.




Cuando alguien quiere justificarse

A principios del siglo XIX vivía en Londres un grabador llamado Boerner, hombre de ingenio y amigo de hacer bromas, pero que en muchos momentos deseaba estar solo, lejos de todos. Esta actitud no siempre era comprendida por sus familiares o amigos, que insistían con las invitaciones. Para librarse de ellas, Boerner tuvo entonces una idea muy original y, sin duda, jamás imaginó sus consecuencias. El 1° de enero de 1812, los parientes y amigos de Boerner recibieron una tarjeta que los sorprendió muchísimo. En ella estaba dibujado Boerner en actitud de salir de su casa, pero con la capa atrapada por la puerta que se había cerrado. Debajo del grabado, Boerner había escrito lo siguiente: "Esta es la razón por la que no pude visitarte este Año Nuevo. Mi capa quedó aferrada a la puerta y me impidió salir".
La esquela causó mucha gracia, y los familiares y amigos disculparon al ingenioso Boerner. Pero la primera tarjeta de Navidad propiamente dicha se conoció años más tarde.


Nace la tarjeta de Navidad

En el año 1843 vivía en Londres sir Henry Cole, quien era un ardiente propulsor del arte y la cultura. Le encargó a John Callcot Horsley, famoso pintor (autor del cuadro "El espíritu de la Religión" que se encuentra en la cámara de los Lores), que grabara en una tarjeta motivos navideños.
Horsley dibujó tres escenas rodeadas con un marco de hiedra.
En la del centro se veía a una numerosa familia de la clase media que se hallaba reunida junto a su mesa, sobre la que había abundantes alimentos que habitualmente se comían en Nochebuena y Navidad.
Sin embargo, esa primera tarjeta fue acerbamente criticada. Muchos la consideraron realmente escandalosa, pues pensaban que incitaba al pecado de la gula. "No hay más que contemplar -decía una crónica de la época- los rostros llenos de satisfacción de aquella familia y los ojos brillantes en los que se reflejan la embriaguez de la bebida."
Como se advierte, la crítica iba dirigida al motivo que ilustraba la tarjeta y no a ella misma; por eso comenzaron a reemplazarse las imágenes por cuadros de artistas famosos, como Rafael, Fray Angélico, Boticelli y otros, en los que aparecían la Virgen y el Niño Jesús.
Desde entonces se utilizaron diversos materiales, formas, colores y estilos, y renombrados artistas crearon bellos motivos que se utilizan para enviar cordiales saludos de felicitaciones.


Primera tarjeta navideña diseñada por John Calcott Horsley
para Henry Cole en 1843.

Tarjeta alemana navideña
litografía del siglo XIX.

Tarjeta norteamericana de 1850.

Tarjeta con estilo victoriano de 1870.

Papá Noel y sus renos 1870.

Muérdago 1880.

Papá Noel 1900.

Papá Noel 1901.

Tarjeta alemana navideña 1904.

Tarjeta francesa 1910.


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