viernes, 4 de septiembre de 2015

De la vida misma

Lógica infantil

El presidente William Taft, de los EE.UU., que era un hombre muy obeso, solía comer en la casa de unos amigos que tenían un niño con la mala costumbre de comerse las uñas.
La madre, preocupada por ese hábito de su hijo, solía decirle que si seguía comiéndose las uñas habría de hincharse como un globo hasta explotar, por lo que el niño, asustado, terminó por abandonar el hábito.
Cierto día en que el presidente Taft, considerado el hombre más gordo que ocupara tan alto cargo en su país, fue a cenar a la casa de esa familia, el niño se acercó a saludarlo y se quedó asombrado mirándolo; sin decir palabra, dio una vuelta alrededor y, luego de un rato, le dijo: "Señor Taft, apuesto a que usted se come las uñas".


William Howard Taft

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