Reina de las flores
Los poetas la nombran en sus versos; los artistas la pintan; los jardineros la cuidan con amorosa solicitud; los políticos la han usado como emblema, y la tradición popular la eligió para significar todo lo bueno al decir: "Ver la vida color de rosa" Nadie podría dar con exactitud la razón de esta preferencia, pero, sin duda, la delicadeza de sus pétalos, su fragancia suave pero persistente y su belleza que emociona y a la que nadie puede permanecer indiferente la han consagrado reina de las flores.
Los orígenes de la rosa
La rosa es la flor del rosal, planta que pertenece a la familia de las rosáceas y que, en estado silvestre crece en todos los continentes, excepto en la Antártida. Los restos fósiles hallados demuestran que existía hace ya unos 38 millones de años, y las excavaciones han probado que unos 3000 años antes de Jesucristo era digna de un rey, pues estaba representada en las tumbas. Los griegos, los romanos, los egipcios, los persas y los mahometanos hacen referencia a la rosa en sus relatos con bastante frecuencia, lo que prueba que era conocida y apreciada. En el siglo VI antes de Cristo el emperador de China tenía en su biblioteca 600 libros que versaban sobre rosas y su cultivo.
En el arte del cultivo de la rosa doméstica mucho se debe a la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón Bonaparte. En su jardín de la Malmaison coleccionaba todas las rosas conocidas, que entonces eran unas 250, y su amor por estas plantas era tan grande, que aun durante las guerras napoleónicas y quebrantando el bloqueo británico llegaban a Francia rosales que enviaba el príncipe regente inglés. El jardinero de Josefina, Jean-Pierre Vibert, fue uno de los principales cultivadores de rosas del siglo XIX, período en el que se crearon muchas nuevas variedades que aún se cultivan en parques y jardines.
Partes de la rosa: 1) Pétalo. 2) Estambre. 3) Antena. 4) Estigma. 5) Sépalo (Cáliz). 6) Ovulo. 7) Fruto. |
Miss Ireland una variedad de rosa inglesa, país donde se han creado muchas rosas hermosísimas. |
Hermosa variedad llamada King's Ransom. Al verla se recuerda el verso que dice acertadamente "A la rosa le basta la gloria de ser rosa" |
La rosa silvestre y la cultivada
La rosa silvestre nace de un arbusto de uno a dos metros de altura y que presenta muchas ramificaciones. La flor tiene sólo cinco pétalos rosados blanquecinos y aparece sola o en pequeñas inflorescencias. Pero el hombre no se conformó con lo que le ofrecía la naturaleza y se propuso tras pacientes trabajos, crear nuevas variedades con muchos pétalos y coloridos. Aunque el cultivo y la creación de nuevas rosas se hagan con un programa cuidadosamente preestablecido, ningún cultivador puede saber con total exactitud cuál será el resultado, y en ese suspenso reside uno de los atractivos de los creadores de rosas.
El trabajo se lleva a cabo en invernaderos, al abrigo de los efectos del viento y de los insectos que podrían provocar la fertilización de las flores antes de que el cultivador ejecute toda su obra. Las plantas van creciendo en macetas, y el polen es transferido de una flor a otra mediante un diminuto pincelito. Al madurar, las semillas se siembran y, por lo general, se impulsa la floración temprana para que el floricultor pueda apreciar si los trabajos constituyeron una mejora o no. En la actualidad se trata también de lograr el perfume de la flor, que, como es sabido, proviene de aceites que se hallan en el tejido de los pétalos.
El club más grande del mundo es el Royal National Rose Society (La Sociedad Real Nacional de la Rosa), que cuenta con más de 100.000 miembros y que cada año ofrece una medalla a la nueva rosa con el mejor perfume.
En la actualidad, los floricultores buscan rosas que florezcan abundantemente, pero que, al desarrollarse, permanezcan pequeñas y compactas, y no se abran con demasiada rapidez.
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